En 1896, cuando se desarrollaron los primeros Juegos Olímpicos que tenían que ser en la cuna de la disciplina, en Atenas, Grecia, había dolor y en todas las Islas griegas… ni una sola prueba había sido ganada por un atleta helénico.Pero en en ese 1896 se volvía a la leyenda de los 40 kilómetros; una carrera a pie rememorando la gesta del soldado Philippides que hizo el histórico recorrido para llevar la noticia de la victoria griega en Maratón a los ancianos de Atenas.Se inscribieron 25 corredores, uno de ellos: Spiridon Louis, un delgado pastor de las montañas, tal vez descendiente de uno de los que cuidaban los rebaños del Rey Admeto. Un soñador, como tantos hombres que pasan la mayor parte de tiempo solitarios, que había oído decir a vagabundos de sus montañas que atletas de todo el mundo vendrían a la capital de Grecia.Spiridon Louis obtuvo la gloria para GreciaEl sencillo pastor que jamás había corrido un evento de esta naturaleza se preparó ayunando y orando durante dos días previos y si esto lo debilito físicamente le fortaleció anímica y espiritualmente.Y se impuso a todos los grandes corredores del mundo participantes en estos primeros Juegos Olímpicos, regresando la alegría a todo el territorio griego. Spiridon ganó con una marca de 02:58:50 y se convirtió en un heroico hombre de leyenda tal como lo fue el soldado Philippides.Actualmente la avenida principal de Atenas, que incluso pasa por el Estadio Olímpico, lleva el nombre de este héroe griego, “Avenida Spiridon Louis”.
