Algo debe andar muy mal en Palacio para que el presidente López Obrador haya sacado del armario el Penacho de Moctezuma y ayer las disculpas por la Conquista.El penacho era un recurso del año pasado, cuando organizó varias exposiciones con motivo del Bicentenario de la Consumación de la Independencia y quería que ese penacho, que desde hace siglos se exhibe en un museo de Viena en Austria, pudiese ser visto por los mexicanos.En ese momento las autoridades austriacas le dieron un rotundo no aduciendo que es una pieza extremadamente delicada que no soportaría el traslado y el viaje.Parecía haber quedado ahí.Pero no, esta semana volvió a recurrir al tema y lo volvió a convertir en asunto de disputa diplomática contra el gobierno austriaco señalándolo de “anticultural” y egoísta.López Obrador recurre a esos temas internacionales cuando quiere, y lo consigue, desviar la atención sobre cuestiones serias que podrían estar afectándolo a él.Recordar la disputa contra España (que revivió ayer) porque no han querido disculparse por las atrocidades de la Conquista, o contra Panamá porque no le dieron el beneplácito al personaje que él quería como embajador.Queda claro que son amagues en La Mañanera, y que de ahí no va a pasar, porque la relación con España, Panamá y Austria corre normal sin mayores sobresaltos.A veces pareciera que si tuviera un ejército como el de EEUU ya habría invadido a alguno de esos países como desagravio.Nada más lejano a la verdad.Son trucos de prestidigitación de un mago de la comunicación.Y no se ve claramente cuál de los tres temas en este momento más agraviantes es el que está doliendo en Palacio.Podría ser la investigación periodística sobre las casas en que ha vivido su hijo José Ramón López Beltrán en Houston, o la rebeldía abierta y manifiesta de los Normalistas de Ayotzinapa que aunque radicales forman parte de la izquierda encabezada por el propio presidente o quizás el aumento de precios en casi todos los productos, incluida la gasolina, y que ya está pasando factura a una población de suyo lastimada por la la pandemia.¿Cuál de ellos es el más doloroso?Los tres merman y desmoronan un poco su liderazgo como el adalid de la renovación moral de la clase política mexicana, pero seguramente uno de ellos en particular ha sido como un torpedo que pegó directamente en su línea de flotación.Habrá que ver a qué otros temas o enemigos recurre en los próximos días para ver qué tan grave es el daño en Palacio.Si ya de plano vemos que vuelve a sacar el amago de meter a la cárcel a Enrique Peña Nieto es que la cosa ahora sí es grave.platapi@hotmail.com
