Cada partido en el Signal-Iduna Park representaba una oportunidad no solo para atestiguar futbol, sino para ver el espectáculo en sus tribunas, especialmente la Sur o “pared amarilla”, con capacidad para 25 mil espectadores que miran el juego de pie. La sorpresa por ver sus banderas y tifos antes del inicio de los grandes juegos, y la congregación de cánticos y aliento por parte de aficionados de diferentes estratos sociales, también formaba parte de mirar un juego del Borussia Dortmund alemán. El “nuevo futbol” lo impidió justamente en el duelo emocionalmente más poderoso para el club, el Derbi del Ruhr contra el Schalke 04.Al inicio de cada juego en el estadio RheinEnergie, una cabra montesa macho llamada Hennes IX sale a la cancha a respaldar a su equipo, Colonia, desde 2008. Las nuevas reglas sanitarias por el COVID-19 impiden el acceso de animales, así como formar el protocolo previo donde los futbolistas forman filas y se toman fotografías grupales, en el cual estaba presente la cabra. Desde fuera parece una tradición prescindible y burda, pero el balompié también se alimenta de las simbologías y narrativas específicas que crean sus aficionados.El entrenador del Union Berlín, Urs Fischer, no pudo estar en el juego del domingo contra el Bayern Munich por la muerte de su suegro. Estuvo presente en el funeral y prestó consuelo a su familia, pero las nuevas reglas sanitarias por el coronavirus exigen a jugadores y técnicos ponerse en aislamiento o cuarentena “voluntaria” los siete días previos a un partido. Esto significa que Fischer no podrá estar de nuevo con sus pupilos hasta entregar dos pruebas negativas de COVID-19, con un periodo de separación de 72 horas cada una. Esta restricción llegó al grado de que el estratega del Augsburgo, Heiko Herrlich, tampoco pudo estar en el banquillo de suplentes en el duelo como local contra Wolfsburg por salir a la calle a comprar una pasta de dientes en un supermercado. Cosas que antes eran normales ahora son censurables. Durante la celebración del primero de los tres goles con los cuales el Hertha Berlín venció como visitante al Hoffenheim, el defensor Dedryck Boyata besó en la mejilla a su compañero Marko Grujic, como parte de un efusivo festejo. Sin embargo, el “nuevo futbol” ha pedido evitar las celebraciones de gol que impliquen abrazos o contactos físicos. Es una medida severa, pero un poco incongruente ante la naturaleza del juego, algo que hizo notar el delantero colombiano Radamel Falcao. “Durante todo el partido estamos en constante contacto. En un tiro de esquina están los defensores encima tuyo, en las barreras están todos junto”, señaló el jugador del Galatasaray de Turquía. Sin embargo, la “nueva normalidad” obligó al propio Boyata a disculparse por su gesto en sus redes sociales. Para muchos aficionados al futbol, la vuelta de la Bundesliga representa un alivio para tratar de tener una vía de entretenimiento que ayude a soportar una difícil realidad. Para los clubes, representa tener ingresos y reanudar el negocio. Sin embargo, aún existe mucha resistencia al “nuevo futbol”. Encuestas realizadas en Alemania aseguran que la mayoría de los aficionados están en contra del regreso del balompié, y lo hacen saber mediante pancartas en las gradas vacías. Un ejemplo es el Sankt Pauli, club con ideología de izquierda, que pide reformas a la Bundesliga e insiste en que el futbol vive de los hinchas. “El futbol sobrevivirá, ¡su negocio está enfermo!”, protestaron aficionados del Augsburgo. Los seguidores del Colonia piensan en la misma tesitura.“Nuestro dinero es más importante que tu salud. No a la Bundesliga a cualquier precio”.Pese a que se pongan fotografías y camisetas en los asientos de los estadios, hay muchos componentes del “nuevo futbol” con los que será difícil adaptarse, a la espera de la vacuna que permita que la humanidad conviva con un virus que llegó para quedarse.
