La rectificación (y confusión) del gobierno de Jalisco sobre la reapertura parcial de giros no esenciales a partir de este lunes es sólo una arista más del momento complejo que vivimos.El desgaste social y económico, aunado a los mensajes contradictorios entre Federación y Estado –sin descontar la irresponsabilidad de muchos ciudadanos–, provocó que las medidas de sana distancia y resguardo se relajaran este fin de semana en la metrópoli.El ejemplo fue el tianguis El Baratillo de Guadalajara. Este domingo lució como cualquier otro día: aglomeraciones, gente sin cubreboca, venta de ropa, artículos electrónicos y más.Las calles y restaurantes también lucieron más llenas que de costumbre. Esta relajación llega justo en los días clave en que más vulnerable al alza de contagios podría estar el Estado.Estamos ante un foco amarillo que podría echar por la borda todo el sacrificio que ya hemos hecho durante dos meses de confinamiento. Ya lo advirtió Ricardo Villanueva, rector de la UdeG: si relajamos las medidas, podríamos alcanzar hasta los 250 mil contagios. Y eso costará muchas vidas.***La Coordinación General Estratégica de Crecimiento y de Desarrollo Económico de Jalisco presentó su plan para la implementación de protocolos en las empresas de cara a una reapertura gradual que, reiteramos, sería hasta junio.Sobresale un aspecto de estas medidas. Para obtener el distintivo de cumplimiento, hay que someterse a una serie de trámites, firmas, llenado de formularios, inspecciones y más. En resumen, según algunos empresarios y pequeños comerciantes, la propuesta consiste en una burocratización excesiva del proceso.Y ya sabemos que la burocracia es sinónimo de lentitud e ineficiencia. Además, todo el proceso es digital cuando sabemos que el “internet para todos” es una falacia y hay muchos pequeños negocios cuyo analfabetismo digital de sus propietarios podría ser otro obstáculo.***La nueva disposición de la Secretaría de Energía (Sener) para limitar la generación de proyectos de energías renovables por parte de particulares es una estocada al sector.La Sener argumenta que es para mantener el equilibrio entre la capacidad instalada de la Comisión Federal de Electricidad y la demanda que ha bajado con la pandemia.En otras palabras, la Sener eliminó de un plumazo inversiones millonarias y proyectos de privados para quitarle competencia a la CFE.
