Para el anecdotario quedan las causas profundas que orillaron a Claudia Delgadillo a dejar a sus amigos tricolores para abrazar la bandera de Morena en Guadalajara. Que si no le hacían caso, que si quería la candidatura, que si sirve mejor en otra trinchera, que si funciona en una conspiración, que si es pragmática, que si es emocional.Es charla sabrosa, pero intrascendente. No importa, porque las causas que motivan una decisión de partido no son tan relevantes como el análisis del impacto que produce esa decisión. Ahí sí se puede hacer una lectura política. Qué pensó Claudia Delgadillo es buen chisme, pero lo que debe ser motivo de análisis es el impacto que tiene su destricoloramiento. En el PRI, en la elección, en MC, en Morena.Claudia Delgadillo era, hasta hace unos días, una de las priistas más relevantes del Estado. Fue funcionaria tapatía en la administración de Aristóteles Sandoval, fue diputada local, era presidenta del PRI en Guadalajara, aspiró a la alcaldía tapatía, coordinó durante un suspiro la campaña de José Antonio Meade en Jalisco, fue pilar consentido de su partido y, en un brinco que nadie vio venir, se pasó a Morena. Será candidata lopezobradorista para la alcaldía tapatía.En el PRI todos pegaron un salto. La gente cercana a Delgadillo se vio en la cuerda floja, Morena celebró, los medios nacionales se burlaron hasta que se cansaron de Meade y en el cuarto de guerra de Movimiento Ciudadano levantaron la ceja.El delgadillazo puede impactar en varios frentes. El primero es el de un cambio en el rumbo de la elección, metiendo a Morena en la jugada para Guadalajara. ¿Le alcanza a Delgadillo para triunfar? Se le atribuyen buenos dotes de negociación y capacidad de operación territorial. Su nombre es conocido y tiene el punto extra de ser mujer, algo que debería pesar menos que sus atributos políticos pero que, en un mundo de corrección política, pesa. No la tiene en la bolsa, pero de ninguna manera es una candidatura testimonial. Dará guerra y eso nos lleva a los otros frentes impactados.¿A quién beneficia una candidatura competitiva adicional en Guadalajara? A Andrés Manuel López Obrador, primero, que algo ganará con el capital territorial de Delgadillo para las boletas presidenciales. Lo que sea es bueno.Pero después de esta certidumbre ya no hay más que niebla. El PRI perdió una operadora, pero puede haber ganado una aliada contra MC. ¿A quién le quita votos Morena? Si es por estructura, al PRI, pero eso sólo si logra mantener esa estructura consigo. Si es por discurso anti status quo, anti PRI, entonces quita electorado a Movimiento Ciudadano.Los priistas tienen voto duro en la capital, naturalmente, pero Guadalajara es una ciudad mucho más compleja que el limitado universo del voto duro. Si el mensaje de Morena, enarbolado por la ex priista y empujado por el Peje, pega, entonces será MC quien reducirá su empuje.Eso es lo que deben considerar ya los estrategas de la elección tapatía.