Mientras el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) decretó que la “Guacamaya ya se convirtió en Zopilote” para tratar de minimizar y afirmar que este hackeo no dañó a su Gobierno, y evitar con esa retórica que el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, respondiera ayer en la Mañanera realizada en Tamaulipas a la crisis y tema del momento como lo es su rechazo a reunirse con las y los diputados federales de la Comisión de la Defensa Nacional para explicar el acceso ilegal a casi 50 millones de documentos de la dependencia militar que dirige, su hermano Pío le abría otro frente al declararle la guerra al titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade), José Agustín Ortiz Pinchetti.Como si el Presidente no atravesara por uno de sus momentos más difíciles por todos los roces que se han generado entre el Gobierno de la 4T y los militares por el Caso Ayotzinapa y por todas las revelaciones que han salido a la luz por el Guacamaya gate, Pío López Obrador pidió ayer una réplica al periodista Joaquín López Dóriga en la que buscaba desmentir, sin lograrlo, lo que el lunes pasado, en ese mismo espacio radiofónico, señaló Ortiz Pinchetti en el sentido de que se había librado otra orden de presentación para que el hermano del Presidente ampliara su declaración sobre el dinero que recibió en bolsas de papel.Como se recordará, en agosto de 2020 el periodista Carlos Loret de Mola reveló un video de Pío recibiendo dinero de parte de David León, operador político del entonces gobernador de Chiapas, postulado por el partido Verde, Manuel Velasco, y hasta un mes antes del escándalo director nacional de Protección Civil del Gobierno de la 4T, de donde fue promovido para ser el primer titular de un organismo para evitar la corrupción en la compra de medicinas, cargo al que nunca llegó tras la publicación de la videograbación.Al parecer, Pío enfureció porque el titular de la Fepade afirmó, sin decir su nombre, que al comentar en una entrevista que el dinero era para gastos menores de un movimiento que buscaba un mejor país, hizo que automáticamente se reactivara el caso.Sin rubor alguno, el hermano del Presidente reclamó al prestigiado, antiguo y leal aliado de AMLO que se estaban violando sus derechos al no dársele justicia pronta y expedita y que “era gravísimo” que tuviera 17 días de retraso de no acatar una sentencia de amparo de un juez federal que le obligaba ya a resolver el caso. Negó que tuviera una orden de presentación, que el movimiento al que se refirió fuera Morena, y reveló que ya había presentado una denuncia contra Ortiz Pichetti ante la Fiscalía General de la República. Habrá que ver, pues, si este nuevo frente no nubla y encrespa aún más al Presidente y lo hace salir en defensa de su hermano, golpeando nuevamente su ya muy abollado discurso anticorrupción.