El Grupo de los Veinte -mejor conocido como G20- es el principal foro para la cooperación internacional de las principales economías del mundo. La agenda que tienen y los temas que ahí se abordan son muy amplios, pero básicamente sobre son la economía global, mercados financieros, asuntos fiscales, comercio, empleo, energía, combate a la corrupción, etcétera. Son temas tratados con seriedad y mucha responsabilidad. Este año -en la reunión que se celebra en Nueva Delhi, India-, una de las principales preocupaciones en la reunión es el conflicto en Ucrania y sus repercusiones económicas. Y fue precisamente ese asunto -a pesar de la seriedad que representa- lo que provocó -en determinado momento- que entre los asistentes dieran ‘rienda suelta’ a la risa.¿Qué fue lo que sucedió? Cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, hizo uso de la palabra en el Raisina Dialogue -uno de los foro de reflexión y discusión que son parte del G20- y afirmó que su país era la víctima, no el agresor, en la guerra que comenzó con la invasión de tropas rusas en territorio ucraniano. “La guerra que estamos tratando de detener se lanzó contra nosotros, utilizando al pueblo ucraniano, por supuesto, influyó en en la política de Rusia, incluida la política energética…el sufrimiento de otros no está relacionado con lo que estamos haciendo en Ucrania para defendernos”. Las carcajadas y burlas se escucharon ruidosamente en el recinto por parte de todos los participantes, convirtiéndo aquello en una situación ridícula por la sorprendente respuesta y poniendo en entredicho al funcionario del Kremlin, quien se había convertido en el guasón de la ‘fiesta’. Además, arremetió en contra del mismo organismo, señalando que el G20 “perdió su propósito entrampado en las discusiones sobre Ucrania y a la presión de Washington para arrinconar a Rusia. Antes a nadie le importaba nada excepto las finanzas y las políticas macroeconómicas”. Lo que Lavrov ‘no se ha dado cuenta’ es que la invasión del país ucraniano ha desatado reacciones en todo el mundo con repercusiones económicas y poniendo en riesgo la paz del mundo. Al unísono de esta reunión en la capital de la India, en Washington el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió en la oficina Oval de la Casa Blanca al canciller de Alemania, Olaf Scholz, quienes acordaron un frente unido más sólido y prometieron mantener apoyo incondicional en medio de las crecientes preocupaciones de que China pueda pasar a formar parte del apoyo a Moscú en el conflicto ucraniano. Y en Lviv, Ucrania, el Fiscal General de Estados Unidos, Merrick B. Garland se entrevistó con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, donde reafirmó el compromiso estadounidense y se pronunció por encontrar los recursos para culpar a Rusia de los crímenes de guerra que se han cometido durante la invasión.A esta última visita del Fiscal General a Ucrania, hay que agregar la del mismo presidente Biden -recientemente durante el primer aniversario de la invasión-, la del secretario de Estado Antony Blinken, la del secretario de Defensa Lloyd James Austin y de los comandantes de las fuerzas armadas. El respaldo estadounidense es total y el apoyo del resto de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezado por Alemania, es una confirmación de que Occidente está del lado ucraniano.La declaración del secretario de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov -el guasón-, sí son de dar risa, como también es de tomar muy en serio la postura de Occidente -encabezada por Estados Unidos-, que no están dispuesto a tolerar los caprichos de Vladimir Putin, quien ante la realidad de que la invasión no ha sido fácil como se pensó, ahora ha cambiado la táctica, al sentirse víctimas, en lugar de agresores, como sucede con otros mandatarios del otro lado del mundo que usan el mismo recurso de la mentira y calificarse de mártires. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net