La elección en Jalisco entra en su último y definitivo tramo de 30 días, antes que aplique la veda electoral: tres días previos a la jornada de votación del 2 de junio. Es un periodo definitivo en el que los equipos de campaña, y especialmente candidatos y candidatas, aplican toda su energía para convencer a los votantes indecisos y para “derrotar” a sus contrincantes en el discurso y en el imaginario popular.En nuestro Estado, con la elección por la gubernatura y en una contienda especialmente competida, un fantasma empieza a rondar la campaña: el del reclamo de fraude electoral.¿Es posible llegar a una situación tan comprometida que involucra además el prestigio y la credibilidad de la autoridad electoral cuando desde la Presidencia se ha insistido en erosionar la legitimidad de los organizadores de las elecciones? Lamentablemente sí. Pero aún es tiempo de actuar.Esta posibilidad empezó a tomar forma desde la semana pasada, cuando la candidata a gobernadora Claudia Delgadillo González, de la coalición encabezada por Morena, reclamó airadamente al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) luego que determinó que no hubo violencia política de género en su contra por parte del candidato de Movimiento Ciudadano (MC), Pablo Lemus Navarro, en el debate realizado el pasado 13 de abril en Ciudad Guzmán.Después de ese reclamo, la candidata se encontró de nuevo con la autoridad electoral este lunes en el Instituto Cultural Cabañas. La consejera presidenta del IEPC, Paula Ramírez, convocó a los candidatos a la gubernatura y a los dirigentes de los partidos políticos a firmar un Acuerdo por la Integridad y la Vida Cívica Estatal, en el que todos los actores políticos, junto con representantes de las cúpulas empresariales, organizaciones civiles y universidades, acordaron unirse contra la violencia.Todos acudieron y signaron el documento. Sin embargo, la candidata de Morena hizo un claro reclamo al IEPC y también puso condiciones para que la autoridad electoral firmara a su vez un documento presentado por ella en el que los compromete a no permitir que haya más actos como el que, asegura, padeció.Revisado en otros términos, la candidata reitera su desconfianza en el Instituto Electoral y le pone condiciones a su desempeño. Paula Ramírez firmó. El antecedente quedó establecido.Por cierto, la queja que fue desechada se presentará ante al Tribunal Electoral de Jalisco. Delgadillo González no quitará el dedo del renglón.Es este escenario el que, si se combina con un resultado electoral muy cerrado o de desventaja mínima, puede conducir a la denuncia de fraude. Ahí radica la gravedad.En sus respectivas campañas, tanto Claudia Delgadillo como Pablo Lemus aseguran tener ventaja en la intención del voto. Encuestas van y vienen. Algunas afirman que la candidata va adelante en las preferencias. Otras indican que quien se perfila a ganar es el abanderado de Movimiento Ciudadano.Para el IEPC, esta situación de denuncia y declaración de desconfianza debe ser un acicate para redoblar esfuerzos y cuidar celosamente cada detalle, cada trámite, cada decisión.Ni el Instituto, ni Jalisco, pueden permitirse la posibilidad de que el proceso concluya con una denuncia de fraude electoral.