Tras corroborarse un dopaje sistemático en el deporte de Rusia, avalado por el Estado, que ha llevado a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) a suspender a sus atletas de los Juegos Olímpicos de Tokio y del Mundial de futbol en Qatar 2022, recordaremos en este espacio algunas relaciones del balompié con el dopaje.En principio, habría que señalar que el futbol profesional no recibe la rigurosidad en los controles antidoping que sí tienen otros deportes como el ciclismo, aunque la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) asegura que sus controles de sangre y orina se ejercen de manera continua con el apoyo de la AMA. Además, algunos casos que en otras disciplinas hubieran ameritado mayores sanciones, no se han castigado con la misma severidad.Uno de varios ejemplos fue la investigación sobre un supuesto dopaje cometido por la Juventus de Turín a mediados de la década de los noventa, en una época de gran éxito deportivo para el club. El entonces médico de la Juve, Riccardo Agricola, suministró a los jugadores Eritoproyetina (EPO), una sustancia que genera glóbulos rojos en la sangre, que a su vez oxigenan los músculos y evitan la acumulación de fatiga. Tras las investigaciones, se suspendió por 22 meses a Agricola en 2004, pero un año después se revocó la sentencia.Otro caso. En mayo de 2006se llevó a cabo la Operación Puerto, una investigación de la Guardia Civil de España para desarticular la red de dopaje encabezada por el doctor Eufemiano Fuentes, la cual proveía de EPO, anabolizantes y otras sustancias prohibidas a equipos de ciclismo y otros deportes. Tras el descubrimiento de más de 200 bolsas de sangre de diversos deportistas, se realizó una investigación (criticada por su laxitud) en el que se permitió la destrucción de la evidencia antes mencionada. Durante el proceso, se habló de futbolistas y clubes inmiscuidos (entre ellos Barcelona y Real Madrid), pero nunca se sabrá la verdad porque el caso se cerró. Sólo se dieron a conocer nombres de ciclistas profesionales.“Estoy seguro de que algunos grandes clubes de futbol han influido en esa sentencia (de la Operación Puerto)”, declaró al diario francés Le Monde Lance Armstrong, el ciclista que pasó de ganar siete Tours de Francia a ser uno de los grandes villanos del deporte tras corroborarse que los obtuvo mediante el doping.Los casos más famosos de doping que se castigan y se dan a conocer en el futbol no son aquellos positivos por sistemas de dopaje enfocados a elevar masivamente el rendimiento (como la del deporte ruso), sino los que son producto de los errores de los individuos. Un ejemplo fue el del díscolo delantero rumano Adrian Mutu, quien fue suspendido siete meses en 2004 por consumo de cocaína y fue despedido de su entonces club Chelsea, quien lo multó con 17 millones de euros (sobra decir que esa deuda no ha sido pagada). Una curiosidad, las adicciones de Mutu (recayó y fue suspendido nuevamente en 2010) provocaron un “veto” a su persona en el mundo de los videojuegos, por eso, en las ediciones de FIFA cuando era jugador en activo (2006-2014), era conocido como “Adrien Murgu”.En México, la lucha contra el dopaje en el futbol, aunque se hace, no se considera una prioridad, y se agrava con el cierre a mediados de 2019 del laboratorio de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) por falta de presupuesto debido a la política de austeridad del actual Gobierno federal. En este laboratorio se analizaban las muestras de sangre y orina de los partidos de la Liga MX.