El gobernador Enrique Alfaro fue el personaje más celebrado en la Cuarta Convención del Partido Movimiento Ciudadano, el pasado sábado 25 de junio. En ese evento, quedó totalmente aceitada la maquinaria partidista naranja para el gran objetivo de las elecciones 2024.Los dirigentes estatal, Manuel Romo Parra, y nacional, Dante Delgado Rannauro, presumieron sus objetivos: ganar la elección, el primero la gubernatura y el segundo la presidencia del país.Dante Delgado se esforzó en armar su arenga pero ni los análisis más optimistas han concluido que un candidato (a) de Movimiento Ciudadano podrá ganar la presidencia si no hacen una coalición con otros partidos políticos.Para Manuel Romo el escenario es menos conflictivo: parece más lógico que MC retenga la gubernatura y que además, transite con pocas dificultades la selección de su abanderado a la gubernatura, con Pablo Lemus Navarro como candidato, quien por cierto aprovechó la ocasión para reiterar que su principal propósito es ser el siguiente mandatario de Jalisco.Hasta aquí, una apretadísima crónica de la reunión naranja.Se enfoca la Palestra de hoy en una afirmación realizada por Enrique Alfaro Ramírez que amerita una reflexión en medio de la desatada carrera electoral 2024 y los problemas graves y crecientes que afectan al país en su totalidad.El gobernador de Jalisco subrayó en una parte de su discurso que muchos actores públicos no se han dado cuenta que después de las elecciones 2018 –que condujeron a la victoria de Andrés Manuel López Obrador–, “el sistema de partidos caducó (…), ya no es operante”.Requiere reflexión, se insiste, porque entonces ¿qué tenemos a cambio?Los mexicanos nos encaminamos a unas nuevas elecciones en las que particularmente, el Presidente López Obrador tomará el papel de “elector mayor”, pues está decidido a que haya continuidad de lo él llama la “Cuarta Transformación”.¿A qué se refiere el gobernador de Jalisco cuando habla del “sistema de partidos”? No hay nuevas reglas: los candidatos que buscarán espacios en el Senado, la Cámara de Diputados y la Presidencia, serán presentados por los partidos políticos con registro otorgado por el Instituto Nacional Electoral; además, contarán con recursos públicos para sus campañas por la vía de las prerrogativas que se entregarán a los mismos partidos.El método de selección de los candidatos (ellos o ellas), serán los que decidan las dirigencias partidistas que, como se sabe, están integradas por una élite dominante dentro del instituto político. Así, Morena hará encuestas; el PAN elegirá por medio del voto de sus consejeros y así sucesivamente, a menos que sobreviva la alianza PAN-PRI-PRD.Movimiento Ciudadano no ha decidido cuál será el método, pero Dante Delgado adelanta que a finales de junio de 2023, después de las elecciones en Coahuila y Estado de México, ya habrán definido a su candidato, ya sea que surja de entre sus figuras o bien, que acuerden con algún otro personaje su surja de un rompimiento con Morena y López Obrador.¿Cuál sería entonces la novedad? ¿Un cambio de régimen; otro acuerdo nacional? ¿Acaso un nuevo relevo de la clase dominante? Porque el cuerpo de la burocracia seguirá siendo el mismo.Alfaro Ramírez se refiere, quizás, a un nuevo acuerdo entre la élite económica dominante que puede permitir la posibilidad de una plataforma electoral que le haga frente al avasallante crecimiento de Morena.Pero hay algo que se ha puesto sobre la mesa: Soluciones. Soluciones a la violencia, el avance del crimen organizado, la caída económica, la crisis de los sectores educativo y sanitario.Eso es lo que falta. Jorge Octavio Navarrojonasn80@gmail.com / @JonasJAL