Así como hemos visto casos de peloteros que se han retirado tras una exitosa carrera y lo han hecho en un momento apropiado, es decir, cuando aún estando en el ocaso de su gran trayectoria pueden pararse en el diamante, sea en una posición defensiva o una tarea ofensiva o desde el montículo y rendir buenas cuentas por su desempeño y despedirse como debe ser, con honores, con numeralia positiva, con respeto y reconocimiento de quien lo merece por su destacado comportamiento fuera del campo de juego como obviamente en desahogo de sus actividades con el boleto en activo y aún lo puede hacer con suma dignidad, con entrega, con gallardía y con destellos de su grandeza, también hemos sido testigo de jugadores que se resisten a guardar el guante y los spikes, y su retiro no ha sido acorde a lo que debió ser en su justo momento.El caso no es exclusivo del béisbol, ocurre en casi todos los deportes tanto los que se juegan en equipo como individuales. Deportistas que llegaron a ser figuras pero no supieron retirarse a tiempo y se fueron por la puerta trasera, lejos de los grandes reconocimientos y festejos de despedida.Hasta cierto punto se entiende, muchos no hicieron otra cosa en su vida y se empeñan en continuar en esa zona en la que se sienten cómodos aunque su rendimiento esté mermado.Existen casos de peloteros que de alguna forma van en declive por lo normal que es el paso de los años, la merma de sus cualidades físicas, de su destreza, de su agilidad, su fuerza, su velocidad, -según sea el caso-, y los reflejos incluso ya no son los mismos pero se aferran a continuar aún cuando ya han dejado de ser de utilidad para sus equipos. Incluso, buscan seguir a base de contratos muchas veces menores a lo que debería ser su estatus histórico, y al final tienen problemas para consolidar un desempeño que les muestre como lo que fueron y con la imagen positiva con la cual debieron terminar su carrera activamente.Este es el caso por ejemplo de peloteros como Clayton Kershaw, Rich Hill, Justin Verlander, Max Scherzer, y Justin Turner solo por mencionar algunos de los que quizá ya debiesen tener fecha para su retiro. Kershaw debutó en Grandes Ligas en 2008 con los Dodgers de Los Ángeles -su único equipo- donde conquistó dos campeonatos de Serie Mundial. Ha ganado tres veces el Premio Cy Young y en 2014 obtuvo el reconocimiento como Jugador Más Valioso de la Liga Nacional. A sus 36 años de edad, sigue dubitativo respecto a su retiro.Con 44 años de edad y habiendo vestido siete franelas diferentes, el serpentinero de Medias Rojas de Boston, Rich Hill, se aferra al guante y la pelota y no hay fecha para su despedida aún cuando en la campaña 2024 apareció apenas en 4 juegos.El dos veces campeón de Serie Mundial con Astros de Houston, Justin Verlander, quien suma ya 21 temporadas en Grandes Ligas, es uno más de los peloteros que se niegan a retirarse. Con 41 años de edad, y habiendo ganado títulos como el Cy Young, Jugador Más Valioso, y seleccionado nueve veces al Juego de Estrellas, se resiste a colgar los spikes.En la línea de los que alcanzan ya cuatro décadas, y 20 campañas en la Gran Carpa, también se encuentra Max Scherzer, de Rangers de Texas, quien tiene en su haber dos títulos de Serie Mundial y un Cy Young en cada una de las Grandes Ligas. Es un tirabolas más que quiere seguir activo en el máximo nivel del rey de los deportes.Un ejemplo de pelotero con un muy buen desarrollo en su trabajo como defensivo y con gran calidad como bateador como pudiera ser Justin Turner, ha pasado de estar en los mejores conjuntos como Yankees y Dodgers a Marineros de Seattle. A sus 40 años de edad, tiene firmado un contrato de un día con Dodgers de Los Ángeles para retirarse con esa franela que vistió por nueve temporadas, pero aún no hay fecha para ello.Está el caso del dominicano Robinson Canó, quien tuvo larga y muy exitosa trayectoria en la Gran Carpa, integrante de aquel llamado Dream Team que alcanzó brillante época y logró el último título de Serie Mundial para Yankees de Nueva York en 2009 y a sus 42 años juega actualmente en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) para Diablos Rojos del México y no volverá a jugar en la Gran Carpa para despedirse.Se sabe que es difícil pero es lo aconsejable saber retirarse a tiempo, entre aplausos y no con sentimientos encontrados de agradecimiento, reconocimiento, pero también de añoranza por los mejores tiempos que se fueron.