El pasado miércoles el inquilino de Palacio ignoró la prohibición del Instituto Nacional Electoral (INE) y utilizando el púlpito de su mañanera -y cuando lo tiene prohibido -por la ley- mostró encuestas en las que Morena encabeza las preferencias para la elección presidencial del año próximo. Amparándose -como excelente comediante que es- en su parodia “No lo digo yo’”, se dedicó a difundir información electoral, supuestamente para tranquilizar a sus seguidores, diciéndoles “serenos morenos’, y no alarmarse ante la embestida de la oposición que con la ‘X’ -de Xóchitl Gálvez- está ganando adeptos en la percepción de millones de mexicanos.El viernes, desde la Comisión de Quejas del INE, lo llamaron a asumir la “responsabilidad ética” y mostrar neutralidad con vistas al proceso del 2024. Le pidieron que guarde silencio, “bajo cualquier modalidad o formato, de realizar manifestaciones, emitir comentarios, opiniones o señalamientos sobre temas electorales, ya sea de forma negativa o positiva, cuidando que su actuar se encuentre ajustado a los principios constitucionales de imparcialidad y neutralidad”. Peticiones que le han valido ‘...’ y se las ha pasado por ‘el arco del triunfo’.Pero las peticiones de su injerencia o intervención no solamente han venido de parte de las autoridades electorales en nuestro país. Desde Estados Unidos, la Barra de Abogados del país vecino (ABA) insto a quien se eligió como presidente de México en el 2018, para que termine con el hostigamiento al Poder Judicial y respeto a los jueces que lo integran. En una misiva lo exhortan a no continuar “creando un ambiente hostil que va en contra de los principios bien establecidos de la separación de poderes y la independencia judicial”. Y en la carta los abogados estadounidenses le señalan que si busca reformas en el país, “no deben hacerse a expensas del Estado de Derecho”, pidiendo que se apeguen a la leyes constitucionales y a los tratados internacionales, respetando las instancias judiciales independientes “de la acción del Ejecutivo”.La misma semana pasada el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), es un reportaje publicado en El País de España, reveló que “en ocasiones sus trabajadores tienen que pagar para entrar a zonas controladas por las organizaciones del crimen organizado” para poder desempeñar su trabajo, lo que habla de que muchas regiones del país se encuentran controlados por la delincuencia, situación que se ha desmentido desde Palacio. En innumerables ocasiones López Obrador ha insistido en que “el país está en paz, hay gobernabilidad, no hay riesgo de inestabilidad” y que si se habla de esos temas, “es que mis adversarios quieren magnificar la violencia, pero eso no obedece a la realidad”.Tenemos en quien habita en Palacio, a un sujeto ‘montado en su macho’, que no respeta la ley, a quien los reclamos y recomendaciones le lleguen desde dentro y fuera del país, y quien está ciego a la realidad que vive el país.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguez daniel.rodriguez@dbhub/net
