Hace prácticamente 11 meses (24 de febrero de 2022) se inició la invasión de Rusia en Ucrania -a consecuencia de un proceso de diferencias iniciado en el 2014, cuando los rusos anexaron la península de Crimea, que era territorio ucraniano, apoyando además la creación de las repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk- y se pensó que sería un conflicto que terminaría en corto tiempo, tomando en cuenta el “poderío” del invasor. Pero la realidad fue otra completamente. Todo mundo ha sido testigo de la reacción de los ucranianos, que han frenado el avance de las tropas rusas en su territorio, y la ayuda que el mundo occidental ha brindado a Ucrania.Sin embargo, la prolongación del conflicto y la contención de las tropas rusas en las regiones que fueron ocupadas desde las primeras semanas de la confrontación no son buenas noticias, ya que ante el impedimento de avanzar en la conquista de más territorio, ahora los rusos han recurrido a los ataques aéreos hasta en la lejana capital de Kiev, donde han causado muchos daños materiales y provocado la pérdida de vidas de muchos inocentes.El fin de semana el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) hizo público un análisis que sugiere que Rusia está planeando grandes operaciones en territorio ucraniano, para “recuperar la iniciativa y poner fin a la actual serie de éxitos operativos de Ucrania”. Asimismo, los investigadores de inteligencia coinciden en que se está gestando una ofensiva de gran envergadura, que pudiera presentarse en el inicio de la primavera -finales marzo o principios de abril-. En la última edición del semanario The Economist, el general ucraniano Valerii Zaluzhnyi, comandante de las fuerzas armadas de Ucrania, advirtió que Rusia está acumulando unos 200 mil soldados en la frontera este, en lo que piensan será un intento por lograr la invasión de la capital Kiev.En las últimas semanas el Congreso estadounidense ha dado luz verde a la Casa Blanca para que se destinen millonarios presupuestos de ayuda a Ucrania, lo que habla del apoyo irrestricto de la Oficina Oval.Los temores de una ofensiva mayor en contra de Ucrania han provocado que los centro de inteligencia de Estados Unidos y de los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hayan ampliado el entrenamiento de las tropas ucranianas, e incluso desde Washington se autorizó el envío de equipo sofisticado, como es el caso de baterías antiaéreas de misiles Patriot. Además, el Pentágono -Departamento de Defensa de EU- aprobó que parte de una reserva de municiones que se tiene en Israel, sea trasladada y entregada al ejército ucraniano para reforzar a su artillería.Y posiblemente lo más significativo, es que el Jefe de Estado Mayor de Estados Unidos, el general Mark Milley, por primera vez desde que se inició el conflicto, viajó a Polonia y en la frontera con Ucrania -del lado polaco- se reunió con su contraparte Valerii Zaluzhnyi, con el que nunca se había visto cara a cara, sólo a través de videoconferencias. La reunión de los altos mandos militares de Estados Unidos y Ucrania, acompañados por algunos militares de la OTAN, es un indicio de que el conflicto puede escalar y por ende que las consecuencias puedan ser mayores por el involucramiento de las grandes potencias a esos niveles.Este miércoles el presidente ruso, Vladimir Putin, durante una visita a una fábrica de armamento en San Petersburgo, mencionó no tener “ninguna duda” sobre la victoria de su país en Ucrania, cuando dijo que “está garantizada”.Así que la determinación de Putin y la posición irrestricta de apoyo del combo Washington/OTAN a favor de Ucrania, puede ser un mal presagio de un conflicto que puede “poner de cabeza” al mundo. ¿Usted, qué opina?
