De la insensibilidad y desatino que habían tenido las autoridades para responder y empatizar ante los justificados y crecientes reclamos de colectivos feministas que detonaron hace unas semanas tras una ola de crueles feminicidios, ya habíamos hablado aquí antes de las jornadas históricas que vivimos contra este flagelo social el domingo 8 y lunes 9 de marzo pasados.Comentaba que, ante la articulación inédita de las demandas de múltiples organizaciones civiles en pro de la mujer por la severa crisis de violencia contra ellas, y que venían dando forma al fondo de las marchas del Día Internacional de la Mujer y el Paro Nacional del 9-M, los gobiernos, lejos de presentar nuevas estrategias y respaldar abiertamente el movimiento, parecían regatear, evadir el tema e incluso minimizarlo pese a su gravedad.Lo preocupante es que el más despistado antes y después del fin de semana pasado fue el político número uno del país, pero lo peor, que muchos ejecutivos estatales, entre ellos el de Jalisco, pareció seguir su ejemplo.Para los millones de mujeres que en las calles, en sus casas, y en sus oficinas vieron con profunda emoción y orgullo la participación y solidaridad jamás vista para exigir fin a la violencia en su contra y mayor igualdad y equidad de derechos, debieron haber sido un balde de agua fría las respuestas que rayaron en lo machista y patriarcal de su Presidente, que luego de haber querido distraer esta causa con su no rifa del avión presidencial, y atribuir su lucha a intereses inconfesables de los “conservadores disfrazados de feministas”, haya afirmado el martes que su política para combatir los feminicidios no cambiará un ápice. Y en el caso de las jaliscienses, oír casi en el mismo tono a su gobernador afirmar que su gobierno no hará compromisos a partir de la manifestación ni del paro porque entiende el tamaño del problema desde “el primer día de su gobierno”, olvidando que fue justo en el principio de su administración donde tuvo fuertes roces con grupos feministas por la forma en que desapareció el Instituto Jalisciense de la Mujer.Ante los 10 feminicidios que se registran por día en todo el país, el crecimiento al doble de los feminicidios en Jalisco del 2018 al 2019 y el hecho de que en la Zona Metropolitana de Guadalajara la mitad de las mujeres ha sufrido algún grado de violencia, es claro que las políticas a las que se quieren aferrar tanto el gobierno federal como el estatal no son las acertadas y de ahí el riesgo de que el problema lejos de resolverse crezca ante esos oídos sordos.El cambio y la corrección fue justo el grito de las organizaciones feministas el fin de semana pasado que marcaron con sus consignas y sus ausencias, un antes y un después en su larga lucha contra la violencia y por la equidad de género.Quedó claro, pues, que el clamor feminista deberá volver a embestir, con mayor fuerza, para penetrar los indiferentes Palacios de poder.jbarrera4r@gmail.com