Sábado, 23 de Noviembre 2024

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El baile de la silla

Por: Armando González Escoto

El baile de la silla

El baile de la silla

Tanto en el frente amplio moreno por México, como en el frente multicolor, también por México, está en grande el baile de la silla. Póngale usted la música que guste, e imagine a los diversos candidatos de uno y otro bando rodeando la preciada silla, hombres y mujeres, nerviosos, inquietos, sentándose antes de tiempo, a veces empujándose, y hasta despeinándose, soltando un zapato o quedando un candidato encima del otro, y no obstante la tensión vivida por los bailadores, usted sabe que aquí el que decide es el que tiene la función de parar la música o de nuevo continuarla, aún más, el “DJ” es justo quien puede detener el son en el momento en que su preferido tenga la silla a modo.

Desde luego el ejercicio del baile no es inútil, existe un público espectador cuya opinión algo cuenta, y también existe un camarógrafo que enfocará más a un bailador que a otro, de tal manera que todo mundo acabe por pensar que, quien lleva mejor el ritmo, es ese o esa, no porque así sea, sino porque ha sido el más fotografiado.

En la democracia que tenemos no es la sociedad la que elige a sus candidatos, sino los partidos, y no sabemos cuáles son los verdaderos mecanismos de elección que manejan para que sea éste y no aquél. La máxima democrática de don Porfirio Díaz era: “Yo elijo al candidato y el pueblo vota por él”, en los tiempos posteriores la máxima fue “El PRI elige a los candidatos, y el pueblo vota por ellos”. La crisis de los últimos gobiernos priistas, es decir, de Echeverría para acá, hizo que más que el partido, se fortaleciera el “sistema”, y así fuera el sistema quien elegía al candidato mientras que el pueblo seguía votando por él.

¿Hasta qué punto el “sistema” está hoy en crisis? No lo sabemos, tal vez esté en su mejor momento, y todos los estiras y aflojas de las precampañas no sean sino el circo de cada seis años para dar a la opinión pública la percepción de que al menos entre ellos se está dando una verdadera lucha “democrática”.

Por otra parte, desde hace años se advierte en el pensamiento de quienes conservan la manía de pensar, la tendencia a buscar una democracia bipartidista, semejante a la que se tiene en Estados Unidos; sin duda que, a como van las cosas, las elecciones mexicanas del próximo año serán bipartidistas, dado que se enfrentarán solamente dos fuerzas políticas, si bien, ambas variopintas, como dicen, lo son republicanos y demócratas en el vecino país del norte. Si el sistema está en crisis, estas dos fuerzas serán genuinas y verdaderamente antagónicas, si el sistema sigue sano, ambas fuerzas no serán sino aspectos manejables del mismo y único sistema político mexicano de siempre.

Por lo pronto el baile de la silla sigue tenaz y agitado, allá, adentro de la inaccesible esfera de la política partidista, al margen de la democracia interna de momento, donde unos son tumbados y otros dicen caerse solos, y al margen de la externa una vez se elija a los candidatos de a de veras, y es que esos bailes tan costosos solamente se pueden organizar cuando se dispone de abundantes recursos, sean los legítimos donde hasta el último centavo debe estar certificado, sean los ilegítimos donde todo ha de manejarse con dinero en efectivo, contante y sonante.

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