Un trabajo de la profesora Suzanne Simard, de la Universidad de British, Columbia, describe las redes que forma un árbol con los otros de su entorno y explica que existe una interconexión entre ellos, que asegura la supervivencia de la mayoría. Afirma que contrario a la teoría de Darwin, en la comunidad de los árboles no sobrevive el más apto, sino la mayoría mediante el apoyo de los demás.La doctora Simard estudia las fortalezas de un bosque y concluye que se trata de una comunidad que es capaz de resistir los desastres naturales como incendios y tormentas.Sin embargo, también señala que la compleja interconexión entre cada árbol no ha logrado adaptarse a su mayor amenaza: el ser humano. El estudio, que la propia doctora trasladó a un video de animación, concluye que después de morir, los árboles madre (los más viejos, con una red a su alrededor) continúan nutriendo a aquellos que lo rodean.Ayer, al enterarme de la derrota en las urnas de las y los candidatos independientes de la plataforma Wikipolítica, principalmente de su “árbol madre”, Pedro Kumamoto, volvió a mi cabeza la investigación de la doctora Simard y no pude evitar hacer una metáfora, por aquello del lema “Seremos un bosque”.Pedro, Juanita, su compañera de fórmula en la candidatura al Senado, así como las demás candidatas y candidatos, han echado raíces y éstas se intercomunican con las de todas aquellas personas que votaron por ellos, que no fueron pocas pero sí insuficientes para conseguir un triunfo.Está en sus manos seguir con la frente en alto de haber conseguido la confianza de tantas personas que los han acompañado. Como los árboles ante las adversidades, tendrán que adaptarse, reagruparse y aprender de lo ocurrido; conseguir nutrientes del árbol madre.El camino inició hace varios años y no debe parar con los resultados de estos comicios, la esperanza de una transformación en el país y en el Estado se ha oxigenado nuevamente.Queda mucho por andar porque el clasismo, el racismo, la misoginia, la homofobia, la corrupción y otros males más se deben erradicar con personas que estén convencidas de que la política debe buscar la representación plural, en la que todas y todos cuentan.Tendrá que haber también un espacio para la autocrítica, para la reflexión de aquello que pudo ser diferente sin traicionar sus principios.Ojalá que lo consigan, mucha falta hará en los próximos años una oposición crítica y alejada del corporativismo político, de los intereses económicos y de la misma sociedad.Ayer también, la regidora Guadalupe Morfín, de la que las nuevas generaciones deberían de aprender a dignificar triunfos y derrotas, escribió atinadamente un tuit que me permito citar:“Hay bosques que crecen, firmes, bajo tierra. Tardan años en germinar. Cuando sus ramas se alzan al aire, el cielo es suyo. Albergan las estrellas del mañana”.
