Al presidente municipal de Guadalajara le están saliendo las cosas muy bien. Aunque como él mismo lo dice, está muy lejos todavía el proceso electoral, no se ve en el horizonte cercano ninguna adversidad que dificulte lo que todos saben inevitable en el ámbito político: será candidato a la gubernatura en 2024.En este contexto, Pablo Lemus Navarro está hallando aliados (involuntarios) hasta donde no los esperaba: entre los opositores políticos del partido Morena.El episodio más reciente de los muchos que habrá en la confrontación con el regidor Carlos Lomelí Bolaños, tiene como telón de fondo el proceso de arrendamiento de vehículos para patrullas. Mientras el Dr. Lomelí sostiene que el procedimiento es ilegal, el alcalde Lemus aseveró que el edil de Morena intentó “extorsionarlo” al exigir la emisión de permisos para dos bodegas que posee en Zapopan, a cambio de aprobar la adquisición de los automóviles.Mediáticamente fue un tremendo golpe contra el Dr. Lomelí Bolaños, que también contempla la posibilidad de competir, otra vez, como candidato a gobernador en dos años. Aunque ya respondió con otra conferencia en la que mostró documentos para probar que las bodegas de referencia ya no son de su propiedad, esta batalla la perdió en la percepción pública gracias a una reunión (¿inesperada?) que el alcalde sostuvo con el regidor de Morena en el Ayuntamiento de Zapopan, Alberto Uribe Camacho.Si la declaración de extorsión política fue contundente, la fotografía en la que aparecen Pablo Lemus y Alberto Uribe, en los balcones de Palacio Municipal, causó efectos más profundos.¿Con quién es la alianza de Alberto Uribe, con el Dr. Lomelí o con el adversario?El argumento del regidor de Zapopan es concreto: Carlos Lomelí no es mi patrón.Además, subraya en una entrevista que pude hacerle, que no es militante de Morena y que el Presidente mismo, Andrés Manuel López Obrador, conoce de su libertad de acción como funcionario postulado por el partido.Es equivocada la idea que hay en Morena, dice Alberto Uribe, de que la política consiste en confrontación.Revisadas sus posturas con calma, tienen fundamento.Pero vistas a la luz del inevitable choque entre Pablo Lemus y Carlos Lomelí, no es imposible suponer que hay acuerdos políticos que se remontan al pasado común (Alberto Uribe, se recuerda, fue pieza central en el crecimiento del alfarismo que llegó a dominar la política de Jalisco) y que revisan un futuro que promete mucho para el alcalde de Guadalajara.Hasta ahí, la constatación de que Lemus Navarro está encontrando en Morena y su resquebrajada vida interna, una ayuda que no tenía en planes.Por otra parte, también queda constancia de que los simpatizantes de Morena, militen o no en el partido, no han logrado conformar una estructura coherente que respalde a sus liderazgos y les permite conformar una estrategia sólida para aspirar al poder público en el Estado y en las principales ciudades jaliscienses.El Dr. Carlos Lomelí ha encontrado más resistencias entre los “compañeros” de partido que ante los adversarios políticos.jonasn80@gmail.com / @JonasJAL
