Una semana parece demasiado tiempo y quizá lo es, pero lo que se vivió la semana pasada en Miami se sintió como agua que se desliza entre los dedos.Fue una semana rara que inició con la muerte de un ídolo de millones: Kobe Bryant. Parecía que ninguna celebración tenía lugar, incluyendo el Super Bowl. Pero la vida sigue y lo mismo pasó con el evento.Entre entrenamientos, conferencias de prensa y lo que pareció una eternidad en el tráfico de Miami llegó el día y no decepcionó.La tarde del domingo 2 de febrero pudimos comprobar por qué la ciudad de Florida ha recibido el Super Bowl en 11 ocasiones. El estadio lució en su mejor condición, la cancha no sufrió daños a pesar de las fuertes lluvias que se presentaron la tarde del viernes y durante todo el sábado.Bajo un fuerte operativo de seguridad las puertas del estadio se abrieron a las 14:00 hrs, tiempo de Miami para dar ingreso a los asistentes a este encuentro. En medio de fuertes operativos de seguridad y organización, resaltó más la amabilidad de los miles de voluntarios que hicieron de este un evento extraordinario recibiendo a todos con una sonrisa y dispuestos a ayudar a todos, algunos cargando a los más pequeños para que alcanzaran algo en la barra de alimentos, otros ayudando a personas de la tercera edad a abrochar sus zapatos o a empujar su silla de ruedas.En lo deportivo, el partido resultó ser todo lo que se esperaba. Los Chiefs de Patrick Mahomes superaron a los 49ers de San Francisco y regalaron momentos extraordinarios que hicieron que todos los fanáticos recordáramos qué es lo que hace fantástica a la NFL. Vimos a Kyle Shanahan revivir lo que le pasó ante los Patriots cuando estaba en Atlanta al dejar ir la ventaja y del otro lado a Andy Reid por fin levantar el trofeo del que se quedó tan cerca cuando entrenaba a los Eagles de Filadelfia.Dejamos Miami con un toque de nostalgia, no sólo porque terminó el Super Bowl, sino porque eso también implica que inicia una larga espera hasta que dé inicio la siguiente temporada.Este fue el cierre perfecto, el “broche de oro” para 100 años de la Liga y si Patrick Mahomes es el futuro, éste luce aún más brillante.
