Corría junio de 2013 cuando el entonces gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, presentó la iniciativa para la estatización del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA). El organismo operador metropolitano debía atravesar cambios importantes, pues debido a la falta de obras de aprovechamiento de agua en más de dos décadas, las lluvias se habían convertido en una amenaza y no en un recurso.Ahí propuso una nueva arquitectura institucional para “fortalecer” y mejorar la administración del líquido. Acerado en el arranque de su sexenio, la reforma a la Ley del Agua que puso en la mesa a un Congreso a su favor básicamente impulsaba a la Comisión Estatal del Agua (CEA) como EL órgano rector de este recurso y la conversión del SIAPA a un OPD de nivel estatal.Así, el SIAPA dependería de la CEA y ésta a su vez de la Conagua. En esa utopía que se vendió el sexenio pasado, los tres niveles de Gobierno estarían “eficientemente coordinados para que el agua se aproveche mejor, llegue a cada familia jalisciense con calidad y a buen precio”.El 3 de junio de 2013, el gobernador de Jalisco declaró que la escasez de agua en Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá “es un problema de salud pública que estaremos dispuestos a resolver, pero con una aplicación financieramente sana, transparente y donde finalmente estemos cumpliendo con nuestra obligación”.Han pasado 10 años, tres meses y 20 días de esas declaraciones, y tras su estatización -que se concretó- el SIAPA no sólo no ha mejorado en su rendimiento. La evidencia de seguro la padeces tú y otros millones de habitantes de esta, la segunda ciudad más importante del país.No son pocas las evidencias de agua color tamarindo que sale del grifo. Además, los tandeos ya llegan por temporada: los normalizamos. Hay muchísimas personas que pagan en cada estiaje para que una pipa llene el tinaco de su hogar porque hay periodos largos en los que el líquido escasea. Y pese a todo lo anterior, a finales de 2022 el Consejo Tarifario del organismo operador metropolitano decidió aumentar 8.5% los precios para mantener su operatividad.Peor aún: lo hizo sin consultar al Congreso. El aumento al costo del agua comenzó desde enero, pero el reducido Poder Legislativo lo aprobó hasta finales de mayo, argumentando que los ayuntamientos que integran al SIAPA habían demorado en el envío de los dictámenes en los que se aprobaban los nuevos precios. Esa “demora” fue de casi seis meses.Para que tengas una idea de lo que cuesta mantener en buenas condiciones nuestro sistema de agua potable y alcantarillado, sólo este año la partida 1000 de Servicios de Personal del SIAPA es de mil 632 millones de pesos. La de Materiales y Suministros es de 522.4 millones, y la de Servicios Generales de mil 575 millones.En total, son tres mil 720 millones de pesos los que durante 2023 se están aportando al organismo operador metropolitano para que nuestra red hidrosanitaria esté en buenas condiciones.¿Y los resultados? Diez años y tres meses después del anuncio de la estatización del SIAPA, las inundaciones son cada vez más graves y cuestan vidas. Este año, Jalisco registra ocho muertes debido a afectaciones causadas por las lluvias. Seis de ellas ocurrieron en la ciudad. Incluso hay un hombre que fue arrastrado por la corriente el pasado 3 de agosto en Periférico y Malecón, y cuyo paradero se desconoce hasta la fecha.Evidentemente, la aplicación financieramente sana y transparente que se prometió desde hace una década no ha tocado las puertas del organismo. Ya no hay sesiones públicas del Consejo de Administración, las ruedas de prensa que ofrece el organismo son sólo para dar a conocer si habrá tandeos o las fechas de la intervención anual del acueducto Chapala-Guadalajara; y las obras se ejecutan en compañía de policías y encapsulando a vecinos con vallas y enrejado, como ocurrió en las proximidades del Parque San Rafael.Esta semana, el partido político Hagamos llevó decenas de botellas de agua con todas las tonalidades del color café a las instalaciones del SIAPA para exigir la comparecencia de su director, Carlos Enrique Torres Lugo. Dichas botellas cargaban el agua extraída de al menos 30 colonias de la ciudad. Por supuesto, el llamado a comparecer se va a quedar en eso.La reflexión es simple: si el organismo que se encarga de dotar de agua potable y alcantarillado a la segunda ciudad más importante del país no entrega agua incolora, inodora e insípida; y en cada temporal ve ampliamente rebasado su sistema de alcantarillado con cualquier tormenta, el organismo ha fallado en su misión.Y si la misión no se cumple, el timón debe pasar a un perfil que pueda hacer frente al reto. Son cinco millones de personas en el sistema de abasto. Por humanidad, antes que por política, el SIAPA debe pasar a mejores manos.isaac.deloza@informador.com.mx