Viernes, 29 de Noviembre 2024

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El Presidente "no da una"

Por: Daniel Rodríguez

El Presidente

El Presidente "no da una"

En el último tramo de su administración al presidente López Obrador se le está haciendo “bolas el engrudo”. Dice que “México es un país pacífico” y que la gente está “feliz, feliz, feliz” y ya sobrepasamos las 185 mil muertes violentas que impondrán un nuevo récord; a propósito del combate al narcotráfico, en su momento pregonó para que “se oiga bien y que se oiga lejos -refiriéndose a Washington- no queremos ayuda. Tenemos la capacidad suficiente y no aceptamos ninguna observación, no queremos intervencionismo. Somos libres y soberanos” y el Senado mexicano acaba de aprobar esta semana cuatro ingresos de contingentes militares estadounidenses -aunado a dos permisos anteriores- con armas y municiones para capacitar a las tropas mexicanas; en innumerables ocasiones ha insistido en que México no es productor de fentanilo y el  titular de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República, Felipe de Jesús Gallo, lo contradice en la Conferencia Internacional de Drogas Sintéticas, al señalar que “México ha sido el campeón en la producción de metanfetaminas y ahora fentanilo” y para rematar, hace algunas semanas señaló que “no hay nada que temer… no vemos nosotros que se desate la violencia político electoral” y esta semana el periódico El País de España publica a ocho columnas que “México se encamina hacia una elección más violenta: 30 aspirantes asesinados, 77 amenazados y 11 secuestros”.

El presidente “no da una”, todo lo que dice se le revierte o contradice la realidad de los hechos. Y dentro de esa desesperación empieza, “a dar bandazos a diestra y siniestra” y en todos los sentidos. El problema, es que en los dos últimos días “sus ojitos” han volteado al norte y se ha enfocado en contra del vecino y principal socio comercial que tenemos. Ayer a Washington y sus políticas los acusó de “mentirosos, irresponsables, poco serios, anquilosados y decadentes”.

Molesto desde el martes por los comentarios en el informe de Derechos Humanos del Departamento de Estado estadounidense, donde critican a López Obrador por los ataques en contra del Poder Judicial -concretamente en contra de la Ministra Presidenta de la Corte, Norma Piña- el inquilino de Palacio dijo en tono sarcástico, “Pero así son y no debemos nosotros sorprendernos, así han sido históricamente y eso también, con todo respeto, indica que están estancados, anquilosados, en decadencia, porque tienen que renovarse”. Este último comentario, cuando en Estados Unidos están en la antesala de la elección presidencial, la palabra “renovarse” debe haber llegado a los oídos de Joe Biden como un rechazo personal de apoyo a su candidatura y de respaldo contundente al populista de Donald Trump. Con este mensaje López Obrador “pintó su raya” de manera muy clara y riesgosa por la reacción que pudiera venir la oficina Oval de la Casa Blanca.

No es la primera vez que AMLO “muestra sus cartas” a Biden. Hay que recordar cómo se dilató 39 días en felicitarlo cuando ganó las elecciones a Trump, argumentando que tenía que esperar hasta la decisión final del Colegio Electoral y la discusión a los irreales alegatos del expresidente; en marzo de 2021, cuando el Departamento de Estado habló de violación de derechos humanos en México, López Obrador les mandó decir que lo de nuestro país “solo nos compete a nosotros”; en mayo del mismo año, desde Palacio Nacional se envió una nota diplomática para reclamar el financiamiento a la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad; en febrero del 2022, AMLO les dijo que no “actúen de manera injerencista, porque México no es colonia de Estados Unidos ni es protectorado”, cuando se habló en Washington de asesinatos de periodistas mexicanos; en junio de 2022, cuando el presidente desairó la invitación de Biden para acudir a la Cumbre de las Américas luego de que Estados Unidos excluye de la reunión a Cuba, Venezuela y Nicaragua; en diciembre del 2022, cuando el presidente mexicano reprochó “el modito” con el que se recibió en Estados Unidos a Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania; en marzo del año pasado, cuando otro informe norteamericano de derechos humanos fue tachado desde Palacio como un documento para “mentir y calumniar”; en mayo del año pasado hubo otro reclamo formal “por entregar dinero a opositores” en México; en febrero pasado cuando exige a Biden “una disculpa pública” porque investigaciones de la DEA hablaban de algunos nexos gubernamentales con los grupos delincuenciales y recientemente “por la tibieza y ambigüedad” por la que se pronunció el gobierno estadounidenses en la irrupción del gobierno de Ecuador en la embajada mexicana.

En resumidas cuentas, López Obrador está llegando al final de su mandato, sí, con mucha popularidad, pero con un cúmulo de promesas incumplidas y lleno de mentiras, pleitos y contradicciones que con “sus propios datos” y acciones lo “pintan” con un legado como el que merece.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

daniel.rodriguez@dbhub.net

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