El PAN en Jalisco no puede despreciarse a sí mismo como lo está haciendo hasta ahora. Llama la atención lo pasmosamente lento que se mueve en pleno año electoral.Históricamente los votos de los panistas en Jalisco fueron fundamentales para que en sus respectivos momentos llegaran a la presidencia tanto Vicente Fox como Felipe Calderón. Del mismo modo que el agrietamiento en Jalisco terminó por desfondar a Josefina Vázquez Mota.Hoy parece que los panistas ya no se reconocen ellos mismos como lo que fueron: una importante fuerza electoral.Y es que mientras hay personajes de otros partidos que llevan apostando años, meses o semanas a posicionar su marca como aspirantes, en el PAN Jalisco no aparece alguien con la intención de hacer ruido.López Obrador y Enrique Alfaro, en sus distintos ámbitos, han estado fortaleciendo sus marcas como opositores al PRI desde hace un buen tiempo.Ricardo Anaya ha hecho lo propio primero en el PAN nacional y ahora con su frente con PRD y Movimiento Ciudadano.A nivel estatal el PRI ya también empezó a movilizar sus proyectos de posicionamiento de Almaguer y Castro.Pero del PAN nada.Cuando el PRI nominó a Miguel Castro como su candidato ya estaba en una situación crítica. El arrastre de Enrique Alfaro los había obligado a llegar a una situación límite, y sólo así se explica que eligieran a un candidato de muy buen perfil, visiblemente honesto y congruente (diferente a los clásicos dinosaurios), cuya principal batalla será tratar de sacudirse el lastre de ser parte del partido que, en la opinión popular, es el responsable de la escalada de inseguridad, de la impunidad y sobre todo de la corrupción.Esa será la batalla de Castro, del mismo modo que es la de José Antonio Meade a nivel nacional: tratar de poner adelante las cualidades personales, que no son pocas, por encima de las sombras negativas de su partido, que son muchas, y que hoy tienen al histórico PRI contra las cuerdas.Mientras el PAN tarde en moverse en Jalisco enfrentará una situación aún más desesperada que la del PRI.El partido está siendo llevado a una posición aún más crítica, y se está viendo obligado a reaccionar de manera totalmente innovadora y hasta revolucionaria (por así decirlo), algo a lo que históricamente no está acostumbrado.Es momento de tener ya a sus candidatos, sobre todo a gobernador y a alcalde de Guadalajara, y deberá poner sus esperanzas en personajes que a su vez tengan los méritos suficientes para sacudirse también el lastre del propio PAN y la triste realidad de que se ha desplomado en las preferencias electorales.Candidatos únicos e innovadores.Necesita definitivamente sangre joven. Pero le urge. Porque el tiempo pasa y esos candidatos estarán obligados a tratar de crecer a pasos agigantados mientras sus contendientes ya les llevan una ventaja, y bastante amplia.
