En circunstancias todavía por precisar, el gobierno de Estados Unidos, a través del Departamento de Justicia, detuvo a Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del cártel de Sinaloa, y a Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán, en hechos ocurridos el jueves en El Paso, Texas. Hasta ahora hay dos versiones sobre esta detención.Según funcionarios de Estados Unidos consultados por el New York Times, “El Mayo” Zambada tenía tres años negociando su entrega a las autoridades de Estados Unidos. Se le atribuye esta decisión a su enfermedad grave de diabetes y la supuesta liberación de uno de sus hijos. La otra versión es que fue entregado por sus adversarios internos y que mediante engaños lo llevaron a El Paso, Texas, en un vuelo que partió de Hermosillo, Sonora, bajo el pretexto de supervisar pistas de aterrizaje clandestinas. Hasta ahora ninguna versión puede ser confirmada o descartada.Pero da igual, pues su detención ya tiene consecuencias. Una de ellas es electoral, pues la detención de “El Mayo” Zambada se convierte en un éxito para el gobierno de Joe Biden y para la candidata demócrata Kamala Harris, quienes demuestran a los republicanos que sí hacen algo en contra del narcotráfico y la llegada de fentanilo a Estados Unidos, atenuando así una de las dos críticas más severas que les plantea Donald Trump: su inacción por la llegada de inmigrantes y la falta de combate a quienes introducen droga y fentanilo al país del norte. La segunda consecuencia es la consolidación de la facción de Los Chapitos al frente del cártel de Sinaloa.Como cabría esperar, la detención de uno de los fundadores del cártel de Sinaloa, junto a “El Chapo” Guzmán, ha desatado especulaciones entre periodistas y estudiosos de los fenómenos criminales. Sostienen que si “El Mayo” habla en la corte de Estados Unidos donde será juzgado, provocaría un terremoto político en México por todas las evidencias, acusaciones y sobre todo revelaciones de políticos implicados en la protección del negocio del narcotráfico. Pero lo mismo se especuló durante el juicio contra “El Chapo” Guzmán, en el juicio de García Luna o en el de Édgar “El Diablo” Veytia. Y no pasó nada. Y seguramente será lo mismo en el juicio contra “El Mayo”.“El Mayo” Zambada tiene 50 años dedicados a actividades criminales. Primero bajo la tutela de Miguel Ángel Félix Gallardo, jefe del conglomerado de narcotraficantes asentados en Guadalajara. Luego siguió en el cártel de Juárez con Amado Carrillo, el “Señor de los Cielos”, y a finales del siglo pasado se asoció con “El Chapo” en el cártel de Sinaloa. Según la DEA, este cártel es una multinacional del crimen organizado con presencia en más de 45 países.Desde que “El Mayo” comenzó a ganar dinero y enfrentar enemigos vendiendo ilegalmente droga, han pasado como presidentes José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador... ocho presidentes y decenas de secretarios de Gobernación, Seguridad o Defensa Nacional.Y junto con ellos cientos de ministerios públicos, policías, procuradores, fiscales y generales, capitanes del Ejército y directores de policías federales y estatales que estuvieron al tanto de las actividades de “El Mayo” y de sus grupos criminales. Y ninguno de estos presidentes o funcionarios lograron o quisieron detenerlo.Lo más importante es que, casi con seguridad, “El Mayo” estuvo en contacto con los personajes que a lo largo de la historia han servido de bisagras entre el gobierno y los cárteles de la droga, pues a veces desde el servicio público tienen relación con los capos criminales. Personajes como Fernando Gutiérrez Barrios, Genaro García Paniagua, Miguel Nassar Haro, Juan José Esparragoza “El Azul” o el mismo Javier García Luna. No fue detenido porque, en contra de lo que se ha dicho desde hace décadas, el narcotráfico realmente no se combate en México, se convive con él porque es vital para la reproducción tanto del sistema económico como del sistema político.El mismo “Mayo” Zambada se lo dijo al director de la revista Proceso, Julio Scherer, en abril de 2010: “En cuanto a los capos encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”. El negocio del narcotráfico en México es tan importante que, con o sin “El Mayo”, seguirá funcionando.rubenmartinmartin@gmail.com