Ante esta incertidumbre que ha producido el virus, que parece interminable, los eventos masivos más importantes en el mundo y en el país se han cancelado. Pero en el año 2021 el Sol volverá a brillar intensamente, y la esperanza y la fe que se tiene harán posible esto. Porque el que pierde la fe lo ha perdido todo. Otro virus Este otro virus, es más peligroso que el coronavirus, porque una vez contraído jamás se puede quitar. Éste se ha desarrollado cada día con más intensidad, es el deporte de correr, inician caminando, trotando, después por las pruebas de 5 y 10 kilómetros y llegan al medio maratón, y de repente se sienten motivados para ir por la gran prueba del maratón, con un entrenamiento de 12 a 16 semanas y están listos para el gran reto, y en esta prueba recordamos a un joven canadiense llamado Terry Fox. Corriendo el maratón de la esperanzaTerry, a quien se le descubrió un tumor maligno en su pierna derecha la cual fue amputada seis pulgadas arriba de la rodilla derecha, dijo: “No, no soy un soñador, pero yo creo en los milagros, tengo que creer”, y con este pensamiento y espíritu, y con una prótesis en su pierna derecha, inició una odisea de correr 43 kilómetros por día atravesando el vasto territorio de Canadá. Después de 143 días y 5,565 kilómetros no pudo más y el cáncer le ganó la carrera, un mes antes de que cumpliera 23 años en junio de 1981. Pero su proeza, su espíritu inquebrantable y su legado de fe y esperanza quedo como legado en este mundo, en donde en más de 50 países se lleva a cabo una carrera con su nombre. Hoy rememoramos al gran Terry Fox, un soñador, un alma invencible que nos recuerda la importancia de nunca darse por vencido y siempre mantener la fe y la esperanza; porque, repito, el que pierde la fe lo ha perdido todo.