1. Arqueología espacial. Sarah Parcak* se graduó en 2001 de Arqueología y Egiptología en Yale. Desde niña quiso ser arqueóloga, gracias a las películas de Indiana Jones. Sarah cuenta que, además, su abuelo, que había estado en la fuerza aérea en la segunda Guerra Mundial y luego como funcionario del servicio forestal, fue pionero en el uso de la fotografía aérea para cartografiar y medir los árboles. Y a ella se le ocurrió combinar ambas influencias. Ahora forma parte de un número todavía pequeño pero creciente de arqueólogos que desde la década de 1990 utilizan las imágenes satelitales en su trabajo.Dice que su descubrimiento más emocionante ha sido el de la población egipcia de Tanis, de tres mil años de antigüedad (y que por cierto sale en En busca del Arca perdida), de la cual sólo se había explorado una mínima parte. Pero en 2001, Sarah trabajaba en un documental para la BBC y examinaba imágenes de satélite tomadas en temporada de lluvias, gracias a lo cual los adobes de las antiguas construcciones, al absorber el agua, resaltaban en contraste con la arena que las rodea. Así que, de repente, se halló con un gran mapa de toda la ciudad: se veían claramente los edificios, las calles, las plazas. En 2017 Sarah Parcak creó un sitio de internet (GlobalXplorer)* donde todo mundo puede observar imágenes de alta resolución que contribuyen a detectar y proteger zonas arqueológicas.**2. Del Mar Negro a Creta. Una expedición a bordo de un barco de juncos, copiado de grabados en piedra del Alto Egipto y curiosamente hecho por artesanos aimaras del lago Titicaca, que conservan ese antiguo oficio, zarpará en los próximos días del puerto búlgaro de Varna con rumbo a Creta, lo que representa un viaje de 1,300 kilómetros.** El arqueólogo alemán Dominique Görlitz será el capitán del navío de 14 metros de eslora, llamado Abora IV, con una tripulación compuesta de una veintena de investigadores y voluntarios de diferentes países.El propósito de la navegación es probar si es cierto que, como afirma Heródoto, los antiguos egipcios podían llegar hasta el Mar Negro hace más de 4,000 años. No todos los expertos lo creen muy probable, sobre todo por la dificultad que presentan las plataformas insulares del Egeo, pero Görlitz afirma que sí es posible que haya existido esa ruta comercial desde finales del Neolítico, para conseguir materiales no disponibles en la cuenca del Mediterráneo oriental.El principal desafío para los navegantes luego de cruzar el estrecho del Bósforo consiste en llegar al archipiélago de las Cíclades y luego a Creta; ya de Creta a Egipto no hay problema alguno, además de que están comprobados los intensos intercambios mercantiles entre la civilización minoica de la isla (2700-1200 antes de Cristo) y la tierra firme.*https://www.theguardian.com/science/2019/jul/27/sarah-parcak-interview-arcaeology-from-space-satellite-imaging-globalxplorer-project-ancient-egypt*https://www.globalxplorer.org/**https://www.dailymail.co.uk/sciencetech/article-7304117/An-ancient-Egypt-Black-Sea-route-Adventurers-test-theory.html**https://www.eluniversal.com.mx/cultura/patrimonio/el-barco-de-cana-que-busca-cruzar-el-mediterraneo