Su cuerpo quedó debajo de las llantas junto a los fierros retorcidos de la bicicleta en la que circulaba, como cada semana, para ir a misa en Santa Cruz del Valle en Tlajomulco. Don José “el de los caballos” murió el domingo 17 de febrero poco después de las ocho de la mañana. No resistió los golpes y la hemorragia cerebral después de ser arrastrado por más de 20 metros por una unidad del transporte público de la ruta 187-River. Tenía 83 años. Su nieto, paramédico del municipio, salía de turno cuando escuchó el reporte de la emergencia. Decidió acudir a la avenida 1 de Mayo donde ocurrió la tragedia. Don José entrenaba caballos en la zona, era un personaje muy querido y para muestra, la despedida organizada un día después de su muerte: una cabalgata con 500 jinetes con rumbo al panteón municipal.Hasta hoy, nadie se ha acercado a la familia para responder por lo ocurrido. Mientras se define la situación legal del presunto responsable, el chofer del camión, los deudos de don José como muchas otras víctimas del transporte público, están en espera de que la justicia llegue pero a veces, no alcanza la vida para conocerla.De las cinco muertes donde está involucrado el transporte público en lo que va de 2019, tres ocurrieron la semana pasada en un lapso de cinco días; una de ellas la de don José y otra más la de Lupita, una señora de 87 años que falleció atropellada por un camión de la ruta 861 en el Centro de Guadalajara. El pasado viernes un joven de 30 años murió por un camión de la ruta 45 en la colonia Aldama Tetlán.Si los decesos siguen con esa frecuencia, se estaría empatando e incluso rebasando la cifra de 20 muertes en el primer semestre de 2018. Así, los fallecimientos por esta causa corren el riesgo de convertirse en un asunto donde la capacidad de asombro se extravió, al igual que la exigencia de la ciudadanía por una solución integral e inmediata al problema. Eso conviene a las autoridades, la aparente amnesia colectiva y la “normalización” de las muertes por el transporte público.Ayer las autoridades del Estado presentaron el plan de trabajo que regirá a la Secretaría de Transporte, no debemos olvidar que ésta debe ser una prueba muy importante para evaluar su desempeño, para demostrar que en verdad son diferentes a lo que tanto criticaron de administraciones pasadas. Las pretensiones manifestadas en tomas de protesta y discursos, tienen que llevarse a la práctica combatiendo y erradicando las causas que originan la alta siniestralidad de las unidades del transporte público.La refundación de un Estado es más que una carrera política rumbo al 2024, es también una prueba importante para demostrar el respeto a un auténtico derecho humano: la movilidad.