De acuerdo con el diccionario de la lengua de la Real Academia Española (RAE), la definición de Caricatura es “la deformación de facciones o el aspecto de alguien”, “es el arte que ridiculiza o toma en broma el modelo” y además de “no alcanzar a ser aquello que pretende...exagera y distorsiona, por exceso o por defecto, la apariencia física de una persona o un grupo de personas”.Bueno, pues el concepto de “caricatura” -que tuvo su primera expresión el 17 de agosto de 1908 cuando el francés Emile Cohl crea el personaje Fantasmagorie, que con 700 ilustraciones da pie al primer cortometraje de la historia- fue usado por Adán Agusto López Hernádez, secretario de Gobernación, para calificar la marcha que el pasado 13 de noviembre escenificó la ciudadanía para manifestar su oposición a la reforma electoral.Abordado por los reporteros sobre cuántas personas se espera asistan a la caminata del día 27 en apoyo del proyecto de la cuarta transformación (4T), su respuesta fue lacónica, “Uhhh, todavía es muy temprano para darles un pronóstico”. Y se le insistió si serán más que la llevada a cabo a favor del INE, y su respuesta fue tajante, “no, esa no fue una marcha, fue una caricatura de marcha”. Se le inquirió, ¿caricatura de marcha?. “Pues yo digo, ¿no?. Así déjenlo”.Los diversos testimonios de videos y fotografías que muestran a la multitud de personas que asistieron solamente con el interés de manifestar con su presencia el apoyo a una institución que garantiza la transparencia de los procesos electorales y que es plataforma de nuestra democracia, no son argumento suficiente para que el secretario de Gobernación reconozca que aquella fue una demostración ciudadana de rechazo -sin acarreo- a una propuesta que se quiere llevar a cabo a destiempo -en la antesala de la campaña presidencial- y que lastimaría a una institución que ha probado su capacidad para llevar a cabo procedimientos transparentes e imparciales.Lo que se demuestra con esta actitud, es que Don Adán ya ‘perdió el piso’, ya le ganó la ambición de la presidencia, dejando de lado su investidura y sus responsabilidades. Mientras continúe como ‘jefe’ de la secretaría, la cual se ubica en Abraham González 48, en la Ciudad de México. Su función principal es atender el desarrollo político del país y coadyuvar en la conducción de las relaciones del Poder Ejecutivo Federal -el presidente- con los otros poderes de la Unión y los demás niveles de gobierno, para fomentar la convivencia armónica, la paz social y el desarrollo y bienestar de los mexicanos, según se lee en sus descripción de responsabilidades.Sin embargo, los malos hábitos y malas costumbres que tiene ‘su patrón’ -AMLO-, quien aprovechando su amplio repertorio de calificativos e insultos y habla de quienes se manifestaron el pasado 13 de noviembre como “aspiracionistas, fifis, clasistas, corruptos, achichincles, despistados e hipócritas”, entre otros elegantes y ‘apropiados’ conceptos, ya se le están pegando a Don Adán, que demuestra que es igual que el inquilino de Palacio Nacional o que está ‘pior’.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguez daniel.rodriguez@dbhub.net