La espiral de violencia provocada por los enfrentamientos internos del cártel Nueva Generación y otros grupos delincuenciales que buscan aprovechar estas divisiones para disputar la plaza, ha puesto en jaque nuevamente las estrategias policiales con las que las autoridades buscan infructuosamente hacerles frente.De muy poco ha servido para detener las vendettas de las mafias que han teñido de sangre y horror el Área Metropolitana de Guadalajara y amplias zonas de Jalisco, el operativo denominado Cinturón de Seguridad con el que la policía estatal y las municipales pretendían mejorar su coordinación. Objetivo que evidentemente no se ha logrado. Tampoco parece contribuir a detener esta ola de severa violencia los patrullajes de corporaciones federales y castrenses, especialmente de la Marina Armada de México, cuya presencia cada vez es más notoria en la ciudad y en distintas zonas del Estado, sin comunicación alguna con las autoridades estatales.Hasta la tarde noche de ayer martes se habían sumado 15 homicidios más para consolidar 2018 como el año con el arranque más violento del que se tenga registro.En este escenario de muerte destaca desde luego el cargamento de ocho cadáveres, algunos de ellos decapitados y mutilados, que abandonaron en una camioneta en la Colonia Morelos la mañana de ayer con su respectivo recado intimidatorio para la banda rival del narco, que trastocó la jornada de los que habitan esta popular colonia tapatía.Fuentes policiales ligaron este sanguinario hecho a un capítulo más de la guerra interna por el control del CJNG, por un presunto debilitamiento de su líder “El Mencho”. Su hipótesis es que será la venganza de la muerte de “El Marro”, a quien sicarios mataron el sábado en el complejo panamericano de voleibol. Relacionan también estos hechos con la múltiple ejecución de seis individuos en restaurant de mariscos hace dos semanas en Tlaquepaque, considerado el municipio en donde más está en marcha esta cruenta disputa.Lo más preocupante es que junto a esta escalada de violencia por los pleitos de los cárteles, hay también un crecimiento de la actividad delincuencial que está afectando a un cada vez más ciudadanos lo que hace crecer a diario la percepción de inseguridad. La disminución de usuarios del transporte público por el alza de asaltos que documentó ayer EL INFORMADOR, y la mega protesta que hará la comunidad universitaria por el feminicidio de la estudiante de derecho, Karina González, son sólo las muestras más recientes de la impotencia policial para garantizar el derecho de la seguridad y la paz al ciudadano.Los gobiernos federal, estatal y municipales tienen la obligación de responder hasta el último día de su mandato por esta que es la principal demanda de la población, Sería de una impúdica negligencia criminal dejar el tema al garete sólo porque ya se van y están más pendientes de la competencia electoral en marcha. Urgen acciones, no discursos.jbarrera4r@gmail.com
