Por Alejandra Petersen CastielloEn Guadalajara, la presencia de las mujeres en el ámbito cultural va en aumento. Lo podemos ver claramente en su participación como secretarias, directoras y curadoras. Incluso las mujeres representan mayoría en las escuelas de formación artística más importantes de la ciudad. A pesar de ello, su presencia en los museos públicos es sumamente escasa. Por cada María Izquierdo que nos topamos en sus salas hay decenas de Robertos, Clementes y Alejandros. ¿Cómo explicar esta situación donde las mujeres son mayoría en los puestos de formación y gestión pero no han logrado obtener una presencia equitativa en los museos?En nuestra ciudad, el problema de disparidad de género se refleja en las dos colecciones públicas más importantes. En el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara apenas 20% de los artistas en su acervo son mujeres; mientras que en el Instituto Cultural Cabañas, de las 84 piezas que conforman la exposición de la Colección Pueblos de Jalisco, solo tres de ellas fueron realizadas por mujeres (NTR, 3-01-2018).El problema va más allá de las colecciones de antaño o en formación. También es notorio en los concursos estatales actuales. Por ejemplo, en el Salón de Octubre del año pasado, tan solo 27 de los 144 inscritos fueron mujeres y ultimadamente sólo expuso una (A. Tamayo, 2018). De manera similar, en la convocatoria de los Jóvenes Pintores de Jalisco las mujeres representaron apenas el 25% de las menciones otorgadas.Estos ejemplos muestran que, lejos de que se trate de una falta de artistas femeninas, el problema radica en el espacio entre que las mujeres terminan su etapa formativa y comienzan el camino hacia consolidar su carrera. Analizar con lupa las dinámicas que ahí se desenvuelven nos dará pistas para poner el dedo en los problemas específicos a resolver. Si se trata de falta de representación, sesgo en los jurados, intereses del mercado o todo lo anterior, no lo sé.Ponerle nombre a los mecanismos que no funcionan para lograr una equidad de género en el ámbito artístico y darles una solución, es sin duda una ardua y compleja tarea. Sin embargo, hasta no comprenderlo a fondo las mujeres seguirán imposibilitadas de tener una participación más activa, de eventualmente ingresar a las colecciones públicas y de tener voz y presencia en la historia.