Fue a mediados de enero del año 2000 cuando Vicente Fox, en aquel entonces candidato de Acción Nacional a la presidencia de la República, haciendo campaña en Fresno, CA -corazon agrícola en el centro de California, donde actualmente trabajan más de un millón de campesinos de origen mexicano-, congregó a casi tres mil personas que asistieron para escuchar su mensaje en los terrenos de la feria de la que es la quinta ciudad más grande en el estado dorado.Muchos de los paisanos se acercaron a Fox pidiendo favores y atención a los problemas para sus familiares que radicaban básicamente en los estados de Michoacán, Jalisco y Guanajuato. En el contacto que hubo entre candidato y paisanos se le entregaron decenas de sobres con esas peticiones. Un dia despues de esa reunión, cuando el candidato ya estaba de regreso en México, frente al edificio del Consulado Mexicano en Fresno líderes comunitarios protestaban airadamente porque las cartas con las peticiones habían sido encontradas en un contenedor de basura que se localizaba en un callejón aledaño al edificio de la representación diplomática.Además del reclamo de las cartas, la comunidad expresaba un extrañamiento al gobierno de México por los frecuentes cambios de cónsul, pero sobre todo que muchos de ellos no contaban con carrera diplomática y eran nombramientos de personas afiliadas al partido político en el poder.El reclamo llegó hasta la Secretaría de Relaciones Exteriores, que en aquel entonces motivó una disculpa “por los errores cometidos en los protocolos para procesar las peticiones”, agregando que todo se debió a un error de un empleado de la oficina.21 años después este mismo Consulado vuelve al ojo del huracán con el incidente en que se vio involucrada la Cónsul, quien el 17 de enero pasado fue detenida al conducir -una camioneta con matrícula diplomática- bajo la influencia del alcohol y provocar un accidente en la autopista 41, que conecta a Fresno con el parque nacional Yosemite.Adriana González Carrillo, Cónsul en Fresno y miembro del partido Acción Nacional, a pesar de su condición alcohólica no fue detenida respetando su inmunidad diplomática, pero su caso si llegó hasta la Corte Superior de California, donde se le encontró culpable de dos cargos de manejar baló la influencia -su nivel alcohólico era de .14, casi el doble del permitido- por lo que se le aplicó una multa de 1,800 dólares, un curso obligatorio para alcoholicos de tres meses y 88 horas de trabajo comunitario que actualmente cumple en un centro de asistencia para desamparados, además de permanecer en libertad condicional hasta el 2024.Lamentable que esta situaciones se presenten en las representaciones de nuestro país en el exterior, que posiblemente pudieran evitarse en parte si se respetara la norma de designar a diplomáticos de carrera que por su capacitación están más conscientes de su responsabilidad de representar a un país y no asignando consulados y embajadas para corresponder a un favor o cumplir con un compromiso político. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net