A diez días de que se lleve a cabo la elección de la candidata del Frente y a quince de que se decida la candidatura de Morena (con sus respectivos hipócritas nombres para burlar la ley electoral), todo parece indicar que tendremos dos candidatas mujeres y que serán Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. Algo, sin embargo, puede pasar en el inter que reviva a Marcelo Ebrard y a Beatriz Paredes. No sería lo normal e incluso un resultado distinto en las encuestas invitaría al sospechosismo, el segundo deporte nacional sólo después de la evasión de impuestos. Que Beatriz Paredes remonte 20 puntos se antoja complicado, pero en el complemento, una elección de padrón cerrado, ganará quien mejor opere la jornada y en eso los priistas tienen harto oficio.Gálvez ha sido una muy buena precandidata. Desde el día de su irrupción que, parafraseando a Carpizo, fue una sorpresa perfectamente planeada, Xóchitl ha encabezado las preferencias en el Frente. Paredes se ganó su lugar por las razones contrarias, no por su simpatía sino por su oficio, porque es una política seria y experimentada.El primer reto para cualquiera de las dos posibles candidatas es darle contenido a la campaña. Como precandidata el carisma, la frescura y una épica personal bien narrada han sido los grandes activos de Gálvez; la institucionalidad y la certeza, las de Paredes. Cómo candidatas los atributos de ninguna de las dos bastan. Quien encabece del Frente necesita vender un proyecto de país distinto al de López Obrador y también al del PRI y PAN que fueron derrotados en el 2018. Los sectores más duros de estos partidos no han procesado aún lo que significó el triunfo de Morena en términos del rechazo al proyecto de país que proponían. Poner a José Ángel Gurría, más allá de su gran capacidad y palmarés, al frente del proyecto de nación es un mensaje equivocado. Si la oferta de país pasa por la restauración del México de principios de siglo, le facilitarán a Morena que en la campaña se siga hablando del pasado y no del futuro.El mayor reto para Xóchitl es enamorar a los priistas, y sería lo mismo para Beatriz Paredes con los panistas. Quien sea el candidato del Frente necesita al otro partido para competir. Y cuando hablamos del PRI hablamos de “Alito” Moreno, de Rubén Moreira, de Manlio Fabio Beltrones, y un montón de amañados liderazgos locales. Lo mismo a la inversa. Paredes, una mujer de ideas liberales, tendría que bregar con Marko Cortés y los intereses que lo rodean, con las dirigencias locales panistas que han hecho de la derrota un gran negocio y sobre todo con los grupos conservadores que orbitan alrededor del panismo.Los retos para quien sea la candidata del Frente apenas comienzan.diego.petersen@informador.com.mx