Si a usted la segunda quincena de agosto le pareció eterna porque los gastos del regreso a clases acabaron rápido con el dinero familiar y la quincena nomás no llegaba, imagínese lo que será esta semana para Marcelo Ebrard. Nada más complicado que mantener la esperanza y el ánimo del equipo cuando todos los datos están en contra, cuando en el ambiente cada día está más instalada la idea de que Claudia será la candidata. Decían los viejos políticos que lo complicado nunca era elegir al ganador, sino hacer entender a los perdedores que el juego había terminado y estos a su vez deben bajar la noticia a sus equipos, siempre tensos y enojados con los de enfrente.Por supuesto que Marcelo puede ganar la encuesta. No sería lo normal, pero, como hemos comentado, la realidad sólo te responde lo que le preguntas y los estudios demoscópicos sólo te dicen lo que piensa a quienes les preguntas. En el muestreo se esconde la cola del diablo. En ese caso el problema sería tranquilizar a las huestes de Claudia que ya se sienten ganadoras.¿Qué opciones tiene Marcelo en caso de no ganar la candidatura? En realidad, pocas. Por supuesto que hacer maletas e irse a MC, pues ya no hay espacio en ningún otro partido, es una posibilidad. Sin embargo, las probabilidades de ganar con el escudo naranja son bajísimas y terminaría haciéndole un favor a Claudia Sheinbaum. Los malpensados creen que de eso se trata, de hacerle un favor al Presidente, uno de esos que se cobran caro, mucho más que una simple coordinación del grupo parlamentario en el Senado.La segunda opción es patalear lo suficiente para subir el precio del reconocimiento de la encuesta. Tiene riesgos porque al menos Adán Augusto, Manuel Velazco y Fernández Noroña parecen estar ya amarrados en los acuerdos del partido y reconocerán el resultado sin empacho. El único que podría hacerle segunda en un coro lacrimógeno es Monreal. Todo berrinche tiene riesgos, pues el resultado puede igual ser un helado doble que una cachetada. Pactar por las buenas el reconocimiento de la encuesta, convertirse en el hombre fuerte de la campaña y del arranque del siguiente Gobierno, poner dos o tres candidatos a las gubernaturas no parece una mala opción comparada con el riesgo y el desgaste que tienen las anteriores. En política no hacer olas también es un valor.A partir de mañana, día del V Informe de López Obrador, todo gesto será sobre interpretado y sobre dimensionado. Quién aparece cerca del Presidente y en qué, quién es invitado a qué evento y quién no. Nada tiene un significado explícito, sin embargo, la tendencia incluso de los mismos aspirantes será a sobreinterpretar y hará que los días y las horas se hagan eternos para los candidatos y particularmente para Marcelo Ebrard.diego.petersen@informador.com.mx