El mismo día que el gobernador de Jalisco tuvo a bien informarnos que todo iba muy bien en seguridad en Jalisco, que los indicadores que le escogieron sus asesores para el informe iban muy bien, un grupo que dice ser parte del Cártel Nueva Generación hizo un video presumiendo la toma de El Volantín, un pequeño poblado en las faldas de la sierra al sur del lago de Chapala.Se trata de una poblado muy pequeño a la orilla de una presa, pero con una importancia estratégica para la batalla que se libra en esa zona, justo entre San José de Gracia, Michoacán -donde sucedió el tristemente célebre fusilamiento (que según el Presidente no fue tal por qué nadie gritó preparen, apunten, fuego) y posterior desaparición de cadáveres de varios miembros de una familia- y Tizapán el Alto, Jalisco donde el comisario de seguridad fue asesinado hace unos días. Después de estos eventos la zona, en teoría está resguardada presencia redoblada de la Guardia Nacional y la Policía estatal. Nada de eso impidió que el Cartel tomara y celebrara su presencia en la zona. Ni el Presidente ni el gobernador de Jalisco se refirieron al hecho.Unos días después un enfrentamiento en El Salto, en plena zona conurbada de Guadalajara, costó la vida de cuatro policías y otras seis personas, presuntamente delincuentes cuando iban tras la pista de dos víctimas privadas de su libertad. Un delito que nos dijeron iba a la baja en el Estado.Para cerrar la semana el día de ayer el obispo de Zacatecas, Sigfredo Noriega, cuya diócesis alcanza alguno de los municipios de la zona norte de Jalisco fue interceptado y detenido por un comando cuando viajaba por carretera de Huejuquilla a Tenzompa, justo en la zona donde hace unas semanas el Presidente prometió a la wirrarikas su intervención para evitar el asedio del crimen organizado que los despoja de sus tierras. Claramente nada ha pasado y es el crimen organizado quien controla el territorio.La inseguridad no se combate con rollos y promesas y más cuando éstas no se cumplen. Urge que todos nos salgamos, sea como promoción o como crítica, del discurso de abrazos y balazos, de las cifras interpretadas en modo triunfalistas por los gobiernos estatal y federal, para dar paso a una verdadera estrategia de recuperación del territorio, fortalecimiento institucional y justicia transicional. Nada que no nos hayan ofrecido en sus respectivas campañas López Obrador y Alfaro. Tenemos que comenzar por aceptar que las cosas pueden estar mejor en algunos rubros, pero que esa mejoría no es sostenible si hay otros que deciden en qué momento la pax narca deja de serlo. Diego Petersen Farahdiego.petersen@informador.com.mx