La buena: el Gobierno del Estado y los ayuntamientos tomaron la decisión correcta: olvidar el segundo piso en López Mateos y apostar por el transporte público masivo. La mala: la solución al caos vial en López Mateos está muy lejos de solucionarse.La semana pasada se presentaron los proyectos viales no sólo para López Mateos sino para toda la zona Sur. Se presentó el BRT por la carretera a Chapala, se volvió a hablar de la Línea 4 (que, como bien dice el anuncio del Gobierno del Estado, es más el producto simbólico de una lucha política que una solución vial), se habló de nuevas líneas de transporte por López Mateos y de la ampliación hacia el Sur de la Línea 1 del Tren Eléctrico. Sólo estas dos últimas tienen que ver con el problema originalmente planteado y difícilmente cambiarán la situación en el corto plazo.Más y mejor transporte público por López Mateos es la solución obvia y urgente. Pero al no ser una BRT, un sistema de carril exclusivo, las nuevas rutas circularán entre la saturación ya existente. Esto, sin duda, mejorará la condición de quienes se mueven en transporte público, probablemente logre que a algunos cambien el auto por el camión, pero lo que realmente puede cambiar son las otras pequeñas 18 soluciones que se plantean en el documento.La ampliación de la Línea 1, nueve kilómetros hacia el Sur, desde Periférico hasta Santa Anita, es la gran apuesta del plan de movilidad, lo que realmente podría descargar la saturación en López Mateos, pero requiere aún muchos estudios y análisis de factibilidad. El primer gran problema es el costo, aunque por supuesto que hay manera de financiarla. La segunda duda es si el costo-beneficio es lo mejor para la ciudad, esto es si el número de pasajeros que movería con esa inversión es la mejor decisión para la ciudad en su conjunto. La tercera cuestión, no menor, es la saturación de la Línea 1. Durante los gobiernos de Emilio González Márquez y Aristóteles Sandoval se ampliaron los andenes y se compraron vagones para articular tres carros en horas pico. Habrá que estudiar el efecto de esta ampliación con estudios de origen y destino, más aún si el verdadero futuro de la Línea 4 es entroncarla también con la 1.La variable ausente en estas propuestas es el origen del problema: el modelo de desarrollo de la ciudad. Si se amplía la Línea 1 del Tren hacia el Sur terminará teniendo una longitud total de 24.5 kilómetros de extremo a extremo, exactamente el mismo tamaño que la línea más larga del Metro de la ciudad de México, la accidentada y catastrófica Línea 12. Ninguna solución de movilidad será eficiente si no redensificamos o la ciudad o, peor, si seguimos apostando por el modelo de dispersión estrella. Porque el mismo problema del sur lo tenemos hacia el norte, en las salidas hacia Colotlán y Zacatecas, y hacia el Poniente, en la salida a Vallarta. diego.petersen@informador.com.mxDiego Petersen Farah