Una cisterna Rotoplas de diez mil litros de más tres metros de altura navegando aguas abajo por la avenida Mariano Otero tras la tormenta del sábado por la tarde se hizo viral.En el video, el enorme tambo negro navega a sus anchas por la avenida, esquiva un camión, rosa lateralmente con el segundo y se estrella de frente contra el tercero. Comienza el forcejeo entre el camión y la cisterna: uno tiene el empuje del motor, el otro el de la corriente que baja a toda velocidad acumulando el agua de las colonias que se han ido construyendo a lo largo de los años sin la infraestructura adecuada y sin inversión en colectores.El agua baja a sus anchas y el señor Rotoplas se divierte como enano sorteando obstáculos como en un videojuego.Cuando el hoy gobernador Enrique Alfaro era un alcalde recién electo y un líder opositor, criticó al entonces gobernador y presentó un plan con el que, decía, acabaría con las inundaciones de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Claramente no sucedió. A pesar de que el temporal ha sido muy por debajo del promedio, una tormenta puntual basta para desquiciar la ciudad.¿Se puede realmente tener un sistema de colectores que evite para siempre las inundaciones? No. Si quisiéramos tener colectores capaces de canalizar de inmediato toda el agua que cae en una tormenta tapatía necesitaríamos tener ductos tres o cuatro veces más grandes para usarlos 20 horas al año. Sería una insensatez y serían impagables.Estando todos de acuerdo en que no se puede tener una infraestructura que reduzca a cero las inundaciones y encharcamientos, es mucho lo que hay que hacer y mucho lo que han dejado de hacer los sucesivos gobiernos municipales y estatales en materia de alcantarillado. La falta de inversión en infraestructura hidráulica, la autorización de nuevos fraccionamientos sin la corresponsabilidad que ello implica y sin que se obligue a los fraccionadores a hacer las inversiones necesarias en beneficio de todos, así como la invasión y bloqueo de arroyos han hecho que las inundaciones sean cada día más prolongadas y con mayor costo para los ciudadanos.En materia hidráulica, el que genera el problema casi nunca lo padece, por lo que el incentivo a violar los reglamentos es altísimo. De ahí la importancia de que las autoridades en materia de agua no solo sean implacables, sino que tengan la fuerza política y la autonomía suficiente para imponer las normas. Dejar a los ayuntamientos y a tribunales administrativos la decisión del desarrollo urbano ha sido una de las peores cosas que le han pasado a la ciudad.Paradojas del destino. Durante muchos años a los nuevos desarrollos les llamábamos “rotolandia”, porque los tinacos eran la parte más grande y visible de las viviendas, generando un paisaje urbano horrendo y desolador. El video del ataque del Rotoplas gigante chocando con camiones, bardas y automóviles es, además de jocoso, una metáfora de cómo las malas decisiones urbanas nos están pasando factura, una especie de venganza, más que merecida.