En el debate del sábado, Pablo Lemus habló de una “Línea 5” que iría desde El Salto hasta el Estadio Akron y que se construiría en año y medio. De entrada, sonó a quimera, por el tiempo y el costo que supondría. Ayer, al presentar el plan de movilidad quedó un poco más claro de qué se trata, y rascándole tantito para entender la propuesta hasta parece factible. Lo primero que hay que entender es que ya no estamos hablando de trenes, mucho menos de un sistema subterráneo. La misma Línea 4 que se construye entre el Periférico y Tlajomulco es un tranvía a nivel que no es parte del sistema del Tren Ligero y no conecta con el resto de las líneas. La “Línea 5” también es otra cosa y la nombró así por una cuestión de propaganda política, tal como lo hizo Alfaro con la 4.Se llama DRT (Digital Rapid Transit) o ART (Autonumus Rail Rapid Transit) y es la evolución de los autobuses articulados, el BRT (Bus Rapid Transit) que aquí conocemos como Macrobús o Peribús. El DRT es eléctrico, se carga en cada estación, se desarrolló en China en 2017 y se presentó en México por primera vez en Monterrey hace poco más de un año. De vista parece tranvía, pero no lo es. Es un autobús articulado, con llantas de caucho y que se guía de manera automática por señales en el pavimento.La “Línea 5” de la que habla Lemus no es, pues, una nueva línea de Tren Ligero. Es en realidad la evolución del proyecto de BRT al aeropuerto del que se habló en este Gobierno. Tiene enormes virtudes, entre ellas el precio, pues la infraestructura necesaria es mucho menor. También tiene la ventaja de convivir mucho mejor con la ciudad, ya que no requiere viaductos elevados o túneles como las líneas actuales. No desarrolla, por supuesto, la velocidad del tren.Usar los derechos de vía existentes del ferrocarril tiene también mucho sentido, pero no hay que olvidar que se trata de vías actualmente concesionadas, que implica la convivencia con un tren de carga y que todo ello implica negociaciones que pueden complicar los tiempos de los que habla el candidato Lemus.Para una ciudad del tamaño y la economía de Guadalajara el DRT es una excelente opción. Incluso en algún momento habrá que pensar en mudar los BRT del Periférico y de La Calzada Independencia a este sistema más moderno, eléctrico y semiautomatizado. Sobre todo, hay que pensar en articular todo en un solo sistema donde la interconexión sea más fácil y amable con el usuario, sin costo de transbordo, y, lo más importante, con un sistema de subsidios diferenciados a los pasajeros, nunca más para los transportistas.diego.petersen@informador.com.mx