“Aquí vive quien del Presidente fue la chiqueada, pero el que manda vive en su rancho La Chingada”.Existe una preocupación creciente de que el Presidente López Obrador esté intentando un maximato siglo XXI, que se repita aquello de “aquí vive el Presidente, pero el que manda vive enfrente” de los gobiernos que siguieron al general Calles, aunque desde más lejos. Hay duda sobre el liderazgo de Claudia Sheinbaum dentro del movimiento de Morena -la derrota de su candidato, Omar García Harfuch, en Ciudad de México, ha sido el signo más evidente de su debilidad- por los amarres que el Presidente está haciendo para, dice él, asegurar la continuidad y pureza de la Cuarta Transformación”; para seguir manejando el poder desde de la distancia, dicen sus detractores.Todos los partidos son difíciles de gobernar; los que tienen el poder lo son aún más. No nos deben extrañar, pues, ni las manifestaciones de repudio a ciertas decisiones, ni el jaloneo por las candidaturas, ni las alianzas inconfesables. Así es la política y los simpatizantes de Morena parecen estar dispuestos a tragarse cualquier cantidad de sapos si el Presidente dice que se los han de tragar.Construir una imagen de Claudia como una mujer débil, sin ideas propias y abyecta al Presidente ha sido parte de la chamba de la oposición. Más allá de la carrilla normal -que si repite las mismas fórmulas del Presidente, que imita su tono de voz, que defiende lo indefendible, como hacer obras sin manifestación de impacto ambiental- la pregunta que está en el aire es cuál es la propuesta de Claudia Sheinbaum más allá de la continuidad.Detrás de las críticas a Claudia hay sin duda una buena dosis de machismo, pero sería un error reducir todo a un asunto de género. La debilidad política de la candidata ha quedado en evidencia una y otra vez a lo largo de las últimas semanas y el nombramiento de candidatos a las gubernaturas fue la mayor de ellas. A Sheinbaum la dejaron operar donde es más difícil que gane Morena, como es el caso de Jalisco, y la aplastaron donde tenía intereses directos, como en Ciudad de México.Más allá de lo interno, el problema es que nadie le cree el Presidente que se vaya a ir a su rancho de Palenque a escribir sus memorias. Y quizá la primera convencida de que no será así es la propia candidata. ¿Cuál es el momento para tomar distancia? Cada proceso sucesorio tiene sus tiempos. Este ha sido uno de los más adelantados y controlados por el Presidente este saliente. Luis Donaldo Colosio, que igual tenía fama de manipulado y maniatado, lo hizo al arranque de la campaña formal en aquel famoso discurso del 6 de marzo. Algunos creen que eso le costó la vida, aunque no hay forma fáctica de vincular una cosa con otra. Miguel de la Madrid lo hizo en la toma de posesión, entre otras cosas por la decisión del Presidente López Portillo de nacionalizar la banca en el sexto informe de Gobierno. Zedillo lo hizo ya como Presidente. Felipe Calderón desde antes de iniciar la campaña. Si Claudia llega a Presidenta, ¿va a ejercer el poder o será sólo la chiqueada y alguien mandará desde lejos. La decisión es suya y sólo suya.
