¿Habemus Lemus? Los rumores son cada vez más fuertes. Los naranjas parecen haber llegado ya a un acuerdo sobre su candidato a gobernador: será el alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, tal como se preveía desde hace meses. En política la lógica se impone. Resultaba bastante absurdo no proponer al más rentable, o dicho en términos coloquiales, ¿por qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?La gran preocupación de Enrique Alfaro, como de todo gobernador, es que el sucesor se construya su legitimidad en la crítica al Gobierno anterior. A partir de esa preocupación se dedicó los últimos meses a buscar que su grupo mantuviera el mayor espacio posible de poder. ¿Cuál es el balance?No dejar a alguien de su equipo cercano como candidato puede verse como una derrota, pero en realidad no es así. Como hemos dicho antes, ningún gobernador lo ha logrado, y vaya que todos lo han intentado. El poder es veleidoso y resbaloso, tiende siempre a buscar cauces distintos y todo grupo en el poder tiene desgaste. Pablo Lemus es la mejor opción para el gobernador Alfaro, lo cual no quiere decir no que sea un incondicional ni mucho menos que el triunfo esté asegurado: será una elección mucho más complicada que la que algunos fans naranjas imaginan.El acomodo de las calabazas en Jalisco es también resultado del equilibrio de fuerzas en el partido a nivel nacional. Nadie tiene duda del peso del gobernador en el partido en Jalisco; sin embargo, a nivel nacional quedó claro que el liderazgo es de Dante Delgado y nadie más. Alfaro le quiso competir al veracruzano y le puso cara con relación a la alianza y a las decisiones del partido. Las perdió todas.Quien sea el candidato a la Presidencia de la República en 2024, Samuel García o Marcelo Ebrard, será el nuevo factor de poder al interior del partido en detrimento del gobernador de Jalisco, quien ha decidido no aspirar a ningún cargo y por tanto dejar el espacio vacío. Esta decisión puede ser leída como un gesto loable, en el sentido de que es alguien que no busca fuero, no se aferra al presupuesto y facilita el crecimiento de nuevos liderazgos. Es también una decisión costosa para el grupo político que encabeza, pues el poder es como la bicicleta, el que no pedalea se cae.Dice la sabiduría popular que de la política nadie se va, los echan. También dice que en el box como en la vida pública hay que saber retirarse a tiempo. Alfaro llegó al quinto año como el gobernador con más poder acumulado en los últimos sexenios y sin embargo, sea porque no pudo o porque no quiso, llegará al final de su periodo alejado de los ciudadanos, cada día más ausente de la agenda pública y con el sorteando el final con el puro vuelito, sin pedalear.