La Feria Internacional del Libro de Guadalajara es la fiesta de los libros. O, en realidad, el lugar donde los libros son el pretexto perfecto para la fiesta. Autores, editores, lectores y groupies, que nunca faltan, van de fiesta en fiesta y a veces y por momentos hasta hablan de libros y de literatura. Lo que realmente crean las ferias es comunidad, sean éstas de arte, ganadería, maíz o herramientas. En materia literaria ninguna otra reunión en habla hispana crea una comunidad en torno al libro como lo hace cada año la FIL de Guadalajara. Los editores y escritores tienen su dinámica, los libreros la propia y bibliotecarios y lectores son durante los primeros días de la Feria más felices que un niño en juguetería, antes de que lleguen las hordas de adolescentes y jóvenes que atiborran los pasillos. Cuando jueves y viernes llegan los estudiantes aparecen las risas con la misma facilidad con la que desaparecen celulares de las mesas o libros de los stands.Hay otra feria paralela llamada FIL Pensamiento, la de la grilla y los grillos, que no es menos festiva y que cada año cobra mayor importancia. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara convoca a decenas de políticos y politólogos, sociólogos, economistas y activistas para discutir al país y a veces hasta un cacho del mundo. En ningún otro lugar se debate la nación como en esos días. Por la FIL han pasado todos los presidentes de Salinas para acá (unos con mejor experiencia que otros, como recordará Peña Nieto) y todas las ideas y proyectos que luego serán iniciativas de ley o políticas públicas. A los que hoy están en el Gobierno se les olvida, por ejemplo, que durante mucho tiempo fueron oposición y que en la FIL encontraron el espacio para difundir sus ideas y cuestionar las políticas de quienes entonces gobernaban.Este año no será la excepción. En medio de la gran marcha de apoyo al Presidente que organiza el Presidente, de la reforma a leyes generales en materia electoral, de la decisión de la Corte sobre la constitucionalidad de la prisión preventiva, de una sucesión adelantada y desatada, y del particular conflicto que tiene la Universidad de Guadalajara con el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro, durante los próximos nueve días la Feria será el epicentro del debate. No faltará el político que diga una burrada, ni la declaración tronante de un personaje nacional, la toma de postura de algún grupo de escritores o intelectuales y su rebote en la Mañanera, y sin duda el foco de esta Feria será el gobernador Alfaro. Así como la FIL lo catapultó como personaje nacional haciendo eco de sus propuestas, la misma Feria lo pondrá en el centro del debate, pero por las otras razones; la cerrazón y la venganza como motores políticos.EnFILémonos, pues. Que comience la fiesta.diego.petersen@informador.com.mx