Lo que define la democracia es la certidumbre en las reglas y la incertidumbre en el resultado. Las reglas, pese a los intentos del partido en el poder de modificarlas sin el consenso de la oposición, siguen vigentes. El simple hecho de haber intentado el albazo legislativo en diciembre pasado metió incertidumbre al proceso, pero hoy por hoy, a pesar de los intentos de debilitar al árbitro, sabemos cuáles son las reglas del juego. El resultado de los procesos internos, tanto en Morena como en el Frente, e incluso de MC, para bien de todos, son cada día más inciertos.Ni Claudia Sheinbaum ni Xóchitl Gálvez tienen asegurada su candidatura. Marcelo Ebrard en Morena y Beatriz Paredes en el Frente están moviendo las aguas, hacen olas y eso puede voltear en cualquier momento alguna de las barcas. Lo que en un principio fue la fortaleza de las dos punteras, la falta de reglas claras en sus propios partidos, hoy las tiene en vilo. A las dos, sus contrarios las dieron por designadas: los opositores y anti-AMLO profesionales dicen que Claudia es la candidata por dedazo del Presidente; el Presidente y sus corifeos dicen que Xóchitl es la elección de los poderosos a través de su representante Claudio X. González. Las dos son burdas caricaturas de la realidad; la competencia existe. Marcelo y Beatriz subieron el tono, exigieron reglas claras e hicieron tambalearse las fichas del tablero. Ambos están diez puntos debajo de los que lideran en las encuestas publicadas, la mayoría de ellas telefónicas o con muestras pequeñas; ambos dicen estar empatados si las encuestas se hacen en el domicilio y con muestras robustas.Como sea, para bien de la democracia, en los dos bloques la moneda vuela. Las dos punteras parecen haber llegado a su techo y el nerviosismo crece. Esa es la sana incertidumbre, en la que ningún candidato tiene nada asegurado porque son otros, los electores (en este caso a través de encuestas) quienes deciden. Eso los obliga a generar consensos y buscar acuerdos. Gálvez tuvo que pactar con Creel y en su momento, quien gane, Beatriz o Xóchitl, tendrá que hacerlo con la otra. Lo mismo pasa en Morena. El encono entre los equipos de campaña de Claudia y de Marcelo ha llegado a tal grado que si quien gane no pacta con el derrotado más allá de la promesa de coordinar la bancada en el Senado, la elección será cuesta arriba.La incertidumbre en democracia significa la reducción de la capacidad de decisión de los poderosos. Frente a la veleidad y la soberbia del poder, la incertidumbre es el único mecanismo para hacerlos un poco, aunque sea un poco, más humildes. Mientras la moneda no caiga al piso, en tanto los ciudadanos no hayamos tomado la última decisión, el juego democrático continúa. Larga vida a la incertidumbre.diego.petersen@informador.com.mx
