Sin esperar la sentencia, con la confianza de no haber sido demasiado embarrado, al menos no más que el mismo Presidente López Obrador, el ex presidente Felipe Calderón regresó al ruedo con un largo y aburrido artículo en los diarios de grupo Reforma. En dicho texto, sin decirlo así pero con todo descaro, se asume como líder moral de la oposición y plantea su receta para enfrentar a Morena en el 2024.Felipe Calderón puede caer mal o incluso muy mal, pero es sin duda un referente para los grupos de derecha en México y, gracias a la propaganda mañanera de cada día, es también el emblema antilopezobradorista: ningún ex presidente merece tanto tiempo y tanta inquina por parte del inquilino de Palacio como el ex presidente Calderón. Esto se explica en parte porque Fox le queda muy lejos en el tiempo a López Obrador y con Peña Nieto hay cariño “porque se portó bien”, mientras que Felipe le ganó la elección del “haiga sido como haiga sido” en 2006.No deja de ser curioso que en su escrito Calderón acuse a la oposición, particularmente al PAN, su propio partido, de haberse transformado en lo que él mismo lo convirtió: un partido de burócratas alejado de las causas sociales. A diferencia de Vicente Fox, Felipe Calderón metió las manos en el PAN desde el primer día de su presidencia y lo hizo una extensión de la burocracia, imponiendo dirigentes y candidatos. Hoy pide que los partidos de la Alianza hagan algo que él jamás permitió y que no por obvio es menos importante: que tengan procesos de selección de candidatos abiertos a los ciudadanos.¿La presencia de Felipe Calderón suma o resta a la oposición? Si bien es cierto que concentra muchas de las características con las que el Presidente caricaturiza y ridiculiza todos los días a los que no están con su movimiento, también lo es que se trata de la única figura de cierto tamaño en las filas opositoras y sobre todo que puede confrontar al Presidente sin nada que perder. Si hay algo seguro es que él no será el candidato, por lo que se puede meter al ring a una pelea abierta. Es cierto, tiene muchos negativos, pero a estas alturas, a base de repetirlos una y otra vez, están todos descontados. El Presidente y sus seguidores estarán felices de tener enfrente a quien llaman “el espurio” y representa todos los males. Los opositores, particularmente los panistas, también estarán felices por tener de regreso a quien derrotó a López Obrador. De lo que no hay duda es que la presencia de Calderón le va a poner pimienta a la elección del 2024.diego.petersen@informador.com.mx