El gobernador Enrique Alfaro insiste en que el asesinato de su antecesor es un asunto resuelto. Lo dijo en diciembre, antes de que se detuviera al ya famoso Manuel N, “Manu Vaquita”, encargado del bar Distrito 5 donde ocurrió el asesinato, y lo repitió después de que Saul Alejandro N, “El Chopa”, señalado como autor intelectual del magnicidio, fuera abatido por el Ejército mexicano.Hay algo que el gobernador no quiere decir. Sea cual sea la razón por la que oculta información -por proteger a la familia, por el sigilo de las investigaciones, porque cree que lo mejor para el estado es que no se sepa la verdad de lo que sucedió aquella noche de diciembre de 2020-, lo cierto es que no se puede dar por cerrado un caso cuando la pregunta más importante no tiene respuesta: ¿Por qué el Cártel Jalisco Nueva Generación decidió matar al exgobernador Aristóteles Sandoval?La pregunta no es retórica. Nos han dicho desde el principio que detrás del asesinato está el Cártel Jalisco. Lo que no nos han dicho es por qué este grupo delincuencial quería matar a un exgobernador; qué llevó a este Cártel a cometer un crimen de esa magnitud que, lo sabían de antemano, los pondría en la mira de las autoridades. ¿Fue una venganza por su actuación como gobernador, fue por incumplimiento de acuerdos, se trata de asuntos personales? La respuesta no solo importa a la familia o a la gente cercana al exgobernador, tiene que ver con la seguridad de todos los jaliscienses, pues, aunque el hecho resulta igualmente reprobable, las consecuencias para el estado no son las mismas.Lo que ha quedado en evidencia tras los asesinatos, primero del controvertido empresario inmobiliario, Felipe Tomé, y luego del exgobernador Aristóteles Sandoval, es que Puerto Vallarta está bajo el control del crimen organizado. Un municipio, por cierto, gobernado por MC desde 2012 hasta 2021, cuando perdieron frente a Morena. No basta decir quién fue el traidor, quién ordenó al publirrelacionista del bar Distrito 5 lo que tenía que hacer antes y después del asesinato, ni si ya el Ejército mató en un enfrentamiento al autor intelectual. El gobierno del estado y el gobierno federal nos deben una explicación no solo de lo que sucedió aquella noche, sino de qué está pasando en Puerto Vallarta y cómo fue que el crimen organizado tomó el control del municipio. Sobre todo, nos tienen que decir qué van a hacer para recuperar el puerto turístico más importante del estado y uno de los tres más importantes del país.El asesinato de Aristóteles Sandoval está, pues, muy lejos ser “un caso resuelto”.diego.petersen@informador.com.mx