Martes, 11 de Marzo 2025

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Dicen que son de mal agüero

Por: Augusto Chacón

Dicen que son de mal agüero

Dicen que son de mal agüero

“Eran ayer mis dolores / como gusanos de seda / que iban labrando capullos; / hoy son mariposas negras”. Cuando la ciencia, de cualquier índole, física, química, matemática, política o sociológica, no alcanza a poner a nuestro alcance las varias puntas de las hebras de la madeja social que creamos, para explicar lo que sucede y por qué sucede, siempre queda el rumbo de la poesía que con constancia ha acompañado a la gente en el trance de ser y convivir. “Ayer eran mis dolores” lo publicó Antonio Machado hace cien años, pasado con data precisa y que, por el arte del poeta, es un hoy incesante. Cuántas dolencias menores desestimamos, capullos de los que, con el tiempo, brotaron mariposas negras que revolotean y nos desazonan y nos diezman. Las elecciones de hoy 5 de junio de 2022 en seis estados de la maltrecha República mexicana son muestra de señales aparentemente sedosas que enclocamos y que, a pesar de los malos augurios, capullos punzada en el costado, les extendimos acta de ciudadanía.

Hoy, leer análisis serios y documentados sobre la participación del crimen organizado en el ejercicio de hacer efectivo el derecho a ser igual entre iguales para elegir a los gobernantes, en una nación que se afirma libertaria y democrática, es cotidiano. Crimen organizado representado por cárteles que se inmiscuyen en lo electoral para potenciar su catálogo de servicios: trasiego de drogas, trata de personas, cobro de piso, extorsión, lavado de dinero, control de pasos aduaneros, de personajes de la política, y un etcétera creciente. ¿Nos mueve a escándalo? ¿Alzamos las cejas con asombro? No en el grado que el caso amerita; simplemente incluimos su intromisión como un factor más a considerar para prever los resultados y calcular el intercambio y uso del poder. Si a alguien, exótico, le parece un exceso mirar el fenómeno de este modo, basta recordar lo sucedido en Sinaloa el año pasado y en tantas regiones en las que sin sofoco podemos afirmar que el Estado alterno, criminal, que empollamos, y que nos fue mortificando de a poco, tiene control territorial y político.

Hoy, la ilegal y grosera intromisión de las autoridades en los procesos electorales, con particular énfasis en las que pertenecen al gobierno federal, la interiorizamos como un elemento más del panorama, de la evaluación de la coyuntura, uno que es, tal cual, una fatalidad y como con el cambio climático: adaptarnos y, en todo caso, si somos osados, mitigar en algo sus secuelas, con el argumento: va en contra de los ordenamientos jurídicos, qué barbaridad, también de la ética que individualmente suponíamos compartida, qué barbaridad, y en sentido contrario del ofrecimiento del actual régimen de proveer una democracia plena, qué barbaridad. Fruto agusanado del estado de derecho del que supuestamente disfrutamos. Pero, al cabo, no mitigamos los efectos, nos ha resultado más cómodo aclimatarnos, lo que bien mirado no es sino una especie de auto minusvaloración.

Hoy es parte de la rutina política el que las instituciones, y no únicamente, también los derechos que conquistamos sean reflejo del ideario y de los intereses del mandamás en turno, del presidente. Si el Instituto Electoral le gusta de otro modo, con otras personas al frente, faltaba más señor Presidente, complacerlo es función de las y los ciudadanos, con cargo público o sin él; si proyectos ferroviarios, petroleros o beisboleros le parecen relevantes, deben serlo para todas las mexicanas, los mexicanos, pues su palabra es moral, es técnica, es razonable por ser la de él; si cancelar las licitaciones públicas le ahorra tribulaciones, nomás eso faltaba, que asigne las obras según su voluntad; si grupos armados coartan la libertad de tránsito, si la libertad de prensa, de expresión y pensamiento incordian al Poder Ejecutivo, colóquelas, señor Presidente, en el rincón que le convenga; si los presentantes populares inscritos en la oposición descreen de las propuestas del partido dominante (y decimos “descreen” porque la única calidad que podemos consignar a la mayoría de lo que propone Morena es la de artículos de fe) dejan de ser contrapeso legal y deseable según el modelo republicano estipulado y se convierten en traidores de la patria; lo que a su vez nos lleva a otro gesto que hemos normalizado: es atributo del presidente y su camarilla moldear a su antojo la noción “patria”, son sus representantes, sus únicos cuidadores, detentan la potestad de elegir unívoca y excluyentemente su futuro y peor: su pasado.

Con cuánta fruición mimamos ese capullo que se nombra a sí mismo “transformación”; con cuánta terquedad negamos que la mariposa que de él se desprendió tiene listones negros en las alas, en el cuerpo. El hoy que se prolonga día con día, semana con semana, lo gestamos despaciosamente ayer, día con día, semana con semana. Creímos que esas como espinas que por aquí y por allá sentíamos eran parte de la metamorfosis que estábamos experimentando y que en algún punto de la historia sanarían. Este día muchos capullos en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas se abrirán, qué diremos de lo que engendren, tal vez con la voz remota y presente de Machado podemos asomarnos al abismo del hoy que será mañana: “Dolores que ayer hicieron / de mi corazón colmena, / hoy tratan mi corazón / como muralla vieja: / quieren derribarlo, y pronto, / al golpe de la piqueta”.

agustino20@gmail.com
 

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