*Un aniversario más de la fundación de Guadalajara. *Descripción de la “Ciudad Gozoza” hacia 1942. *Los luminosos patios y las calandrias...Y que podríamos decir que no se haya ya dicho de nuestra ciudad Guadalajara y que por estas fechas se celebra un año más desde su fundación un 14 de Febrero de 1542, siendo aún más antigua la Villa de Purificación fundada por un descendiente directo del Rey JAIME DE ARAGÓN unos 20 años atrás, aunque debido a su inaccesibilidad fue perdiendo importancia al igual que sucedió con Compostela en el hoy Estado de Nayarit. Dejémonos llevar por parte del texto de una “guía turística” que sobre Guadalajara publicó el Departamento de Turismo de la Secretaria de Gobernación aprox. en 1942, impecable en su diseño como en sus imágenes: “Guadalajara en Jalisco es la región cuya biografía podría hacerse con canciones, que para algo los célebres Mariachis han nacido de ella. Cada pueblo, cada barrio, cada lugar tiene su especial canción que le envuelve de encendidos elogios y le describe con bellas palabras, como a una mujer. Guadalajara, su capital, es la ciudad querida y cantada por todo jalisciense. Y estas cosas no suceden nunca en vano. Se podría pensar que fueran las propias canciones las que diesen a todo el Estado, pero principalmente a su capital, el aspecto claro y lozano que tiene. El caso es que nada más poner el pie en Guadalajara, el viajero percibe un aire fino, sedante; un ambiente que reluce de limpio, y un escenario formado por calles rectas, cerca de las que siempre hay árboles, pájaros, torres y serenatas para alegría de los ojos y el oído. Todo esto hace que se considere a Guadalajara y su Estado como la ANDALUCÍA DE MÉXICO, donde la vida es fácil y agradable, dentro de un ambiente suave, lleno de Sol, de sones de guitarras y canciones y de ojos misteriosos de mujer, cuya belleza tiene fama bien ganada en muchos kilómetros alrededor. Guadalajara, bella metrópoli de 240,000 habitantes es uno de esos RAROS SITIOS DEL MUNDO donde existe la auténtica alegría de vivir, traducida en todos estos agradables detalles que animan la cara del viajero desde su llegada a ella. Ciudad antigua y moderna, según el gusto más grato a los turistas, en la que lo mismo hay grandes portadas señoriales que esbeltos rascacielos. Por sus avenidas asfaltadas y sus calles de losa son posibles toda clase de experiencias viajeras: la de sentirse gustosamente rodeado del pasado más bonancible, como la de entrever el futuro a través de fachadas aerodinámicas. También un ir y venir de gentes y automóviles por el Centro de la ciudad, y a su lado, en las calles aledañas, un antiguo correr de coches de caballos, a los que llaman popularmente “calandrias” por la antigua bandera amarilla que los distinguía. Es de las ÚLTIMAS CIUDADES de México y del MUNDO que se da el gusto de conservar en acción tan graciosa estampa típica.LA CIUDAD GOZOZA Una vez traspuesto el moderno arco de bienvenida, bajo el que se pasa llegando por la carretera de México, y corrido hacia el corazón de Guadalajara por la gran avenida que muestra su luminosidad de ciudad nueva, comienza uno a encontrarse en un lugar bien característico y definido, que es lo que —aunque sea subconsciente— busca el viajero en todas las latitudes. El corazón de la ciudad empieza donde topamos con el primer PATIO FLORIDO o la primer ronda de cancioneros. Junto a esto están todos los demás elementos atractivos: los jardines sonoros de pájaros, los soportales repletos de comercios, los solemnes palacios, las grandes rejas y balcones de esquina, las magníficas iglesias y conventos de los que Guadalajara posee también excelentes ejemplares; la fresca adivinación de los patios de cada casa, apenas vistos al pasar, con su luz verde y recogida. Esa vida de patios, de rinconadas luminosas dentro de las casas, en los que las gentes ríen y cantan y charlan alegremente, es lo que da a Guadalajara su personalidad —entre jovial y poética— en la geografía turística del momento. Otros grandes núcleos de población podrán tener el gran movimiento urbano, el bullicio de los casinos o la atracción de los antiguos monumentos, que Guadalajara sin carecer de todos estos aspectos siquiera sea en menor escala, cuenta con encanto más difícil de encontrar en el revuelto mundo de nuestros días: el de su emoción risueña, limpia, alegre y sonora de risa y canción. Por los parques, los patios y las calles de Guadalajara se puede aún escuchar y aún ver lo que ha desaparecido casi por completo en todas partes: la alegría de vivir bajo un Sol sencillo y luminoso y entre unas gentes contentas, dedicadas a gozar de su propio ambiente, sahumándolo de canciones y elogios. De ahí ha nacido a la ciudad su amplia fama de alacridad y gozo, como tiene en todo el país... “El texto continúa con detalles de los principales edificios coloniales y nos permite suponer que fue escrito antes de que se abrieran las grandes avenidas del Centro y, cuando aún los bellísimos PATIOS de las casas particulares abiertos todo el día eran quizá la atracción de propios y extraños y lo que le daba a nuestra clara ciudad un signo de identidad solo comparable con Sevilla. Como antigua capital de un Reino aparte Guadalajara mantuvo hasta fechas más o menos recientes una identidad que la hizo famosa en el mundo entero... ¿qué queda de todo aquello?... ¿ha valido la pena destruir en vez de reconstruir?... pero por hoy es todo y hasta la próxima... ¡Cooorte!