Dentro del gobierno alfarista, desde antes aún del arranque del sexenio, hubo un principio rector: ante el maltrato presupuestal que veían venir de la administración federal lopezobradorista, por toda la serie de desencuentros políticos tenidos en los últimos años con el tabasqueño antes y ya como Presidente, no había otro camino que buscar financiamientos alternos para tener margen de maniobra y no verse paralizados y afectados en proyectos políticos futuros.Ese fue el único derrotero que les quedó luego de la fallida estrategia inicial asumida por Enrique Alfaro de convertirse en el gobernador rebelde y contrapeso del poderoso López Obrador, con lo que dinamitó los puentes de entendimiento, que apenas se empiezan a medio construir, en detrimento de la inversión federal para Jalisco.La más reciente parada en esa ruta para la obtención de recursos económicos fue la aprobación en el Congreso de mayoría naranja de los proyectos de Asociación Público-Privada para la construcción de la Línea 4 del Tren Ligero con un costo de 9.7 mil millones de los cuales los empresarios pondrían 5.7 mmdp, que en 38 años les redituará al menos 21.6 mmdp; y para la ampliación de la planta de tratamiento El Ahogado, donde la iniciativa privada pagará mil 157 mdp y a la vuelta de 18 años logrará una ganancia de 5.2 mmdp.Aunque la Secretaría de Hacienda no considera este tipo de proyectos como deuda, lo cierto es que sí significan una carga de pago para cualquier gobierno. Si no, basta ver los más de 300 millones de pesos que ha pagado en 12 años el gobierno de Tlajomulco por su Centro Administrativo, y que no equivale ni a la mitad del compromiso. Esta obra la ordenó Alfaro cuando fue alcalde en 2010 también bajo el modelo de APP, que le generó múltiples críticas y al que ahora vuelve a recurrir.Estas APP´s son la mejor prueba de que ni siquiera los 7 mil 900 millones de pesos que AMLO comprometió finalmente para Jalisco en mayo pasado para la L4 y obras hidráulicas dejaron satisfecho al gobierno estatal que quería del gobierno de la 4T al menos 35 mil millones de pesos para sus obras estratégicas. Como en los cálculos del gobierno naranja siempre dieron por un hecho el desprecio presupuestal del que serían objeto, inauguraron su administración con el controvertido programa de A Toda Máquina, y con créditos a corto, mediano y largo plazo, que harán pasar a la historia a Alfaro como el gobernador que más endeudó a Jalisco.Pero no sólo eso, el año pasado hicieron toda una operación de cabildeo para convencer a las cúpulas empresariales de hacer pasar como suyo el incremento del 2 al 3 por ciento el impuesto sobre nómina, según dijeron, para infraestructura educativa. Desde luego la deuda no es mala en sí misma. Si fue buena o una abusiva decisión lo define las obras que quedan y la transparencia con la que se maneja, aspecto éste último que, de entrada, está lejos de cumplirse.jbarrera4r@gmail.com