Es típico de temporada electoral revisar, pronosticar y de plano, especular sobre los que serán candidatos. En Jalisco estamos a punto de conocer quiénes serán candidatos y candidatas a los cargos públicos más trascendentes, es decir la gubernatura y las alcaldías más importantes por población y presupuesto.Múltiples personajes del Partido Movimiento Ciudadano (MC), algunos con menos entusiasmo que otros, aceptan que finalmente Pablo Lemus Navarro, presidente municipal de Guadalajara, hizo valer el “principio de la inevitabilidad” y ya está definida la negociación para que sea el aspirante naranja a la gubernatura.Desde el primer momento y de acuerdo con todas las encuestas que reflejan preferencia de votos por personajes, es el favorito. Eso, sin embargo, no lo hace ganador inmediato por otro resultado de encuestas que se ha manejado desde meses atrás, y éste indica que cuando se pregunta a la gente sobre preferencia de partido político, el partido Morena es tan competitivo, o más, que MC.Ante esta realidad ampliamente aceptada, Morena oferta una candidatura muy atractiva, aunque no queda claro si ya se puede hablar de un favorito, dada la complejidad en la toma de decisiones dentro del partido de la 4T.Sin hacer muchas conjeturas, sabemos de antemano que si se trata de postular a los más conocidos y por lo tanto, potencialmente más “votables”, la lista de seis finalistas la encabezan el regidor Carlos Lomelí Bolaños y la diputada federal Claudia Delgadillo González. Sin embargo, no puede perderse de vista a la maestra Clara Cárdenas Galván y al diputado José María “Chema” Martínez.El punto, como ya se ha repetido en muchos espacios, es que en Morena la aplicación de la encuesta arroja un velo de misterio sobre el resultado final: ¿Dónde están encuestando? ¿Quiénes lo están haciendo? ¿Se transparentarán los resultados y de haber controversias, las aceptarán? El caso de Marcelo Ebrard es una advertencia para todos y cabe esperar, no por desacreditar sino porque todas las señales así lo indican, que en Morena se ejerce un mandato director con base en la conveniencia y la aprobación del Presidente López Obrador y la dirigencia nacional del partido.Pero dejemos eso. Si es o no Pablo Lemus, o bien, si determinan que compitan Delgadillo, Cárdenas, Lomelí o Martínez, se plantea desde ahora una disyuntiva entre signos de interrogación: ¿Qué le van a ofrecer a los jaliscienses? ¿Cuáles serán los ejes de sus discursos y ofertas electorales? ¿Cuál es el destino de Jalisco para los siguientes seis años?Comencemos por Morena. En los discursos de quienes se presentan como aspirantes domina la crítica. Su oferta será, como lo ha sido siempre en donde Morena aspira a relevar en el poder y ser alternancia, acusar por lo que hay. Las propuestas no existen hasta ahora. Lanzan acusaciones por los malos resultados en materia de seguridad, violencia y los desaparecidos. Prometen un cambio y como suele suceder, no dicen cómo.Una incógnita lo es también la posible campaña de Pablo Lemus. ¿Será una continuidad de la gestión de Enrique Alfaro? ¿Se empeñará en temas como movilidad, infraestructura, carreteras, apoyo al desarrollo económico y las exportaciones? Y ya que se mencionó, ¿habrá plan propio para encarar la violencia y la inseguridad?Y si previsiblemente, Morena sigue en la Presidencia, ¿continuará la línea de relación condicionada con el Gobierno federal?El destino estatal empieza a perfilarse.