Con tal de llevarle la contra al Presidente, un amplio sector de la población arremetió contra la famosa “consulta” que se le hizo a la población sobre lo que conviene hacer con los últimos cinco presidentes y sus correspondientes estropicios.Bien cierto es que los mexicanos tenemos una aguzada tendencia al maniqueísmo y somos muy propensos al todo o nada: o es blanco o es negro… Los expertos señalan que este es el principal problema de la oposición y lo que la vuelve a veces irracional y poco convincente.Tantos años de quejarnos de los latrocinios presidenciales y de sus correspondientes camarillas, cuando se ofrece la oportunidad de poner las cartas sobre la mesa, lo de menos fue recurrir al escarnio y a ridiculizar la empresa.De nada valió la sana exhibición y denuncia pública de una cauda de atracos a las arcas que en muy buena medida contribuyeron a la pauperización del país y, en vez de estar “ojo avizor” a que tales atentados no se produzcan y felicitarnos, si por primera vez no acontecen, hicimos un gran esfuerzo por quitarle valor.La ignorancia y, en buena medida, estulticia de muchos líderes de nuestra derecha, desconoce que tales llamados a la población son frecuentes en muchas sociedades democráticas y hasta conservadoras, pues permiten a propios y extraños conocer las inquietudes generales sobre muy diversos asuntos.Es curioso, por no decir vergonzoso, que se hayan hecho alaracas por el precio de dicha consulta, infinitamente menor, por ejemplo, -y muchos apenas se empezaron- cuyo costo salió completito del erario; en Jalisco no hemos armado mayor borlote por el escandaloso caso de la Línea 3 del tren ligero, que costó muchísimo más de lo presupuestado, tardaron el doble de tiempo en hacerlo y todavía se pagan ahora las consecuencias de la longitud de las uñas del pasado Gobierno federal, mismo que repartió entre sus cuates los dividendos del pingüe negocio.Quizá la mayoría de los criticones de la consulta ni siquiera se han enterado de este gran daño porque no requieren de ese servicio, pero la verdad es que resultó un verdadero atraco de Peña Nieto y sus más de cuarenta ladrones.Vale reconocer que una de las virtudes que tuvo la preparación de la dicha consulta fue la multitudinaria denuncia en plazas públicas de todo el país -no en plazas comerciales - de las principales trapacerías de los últimos cinco sexenios, que bien podrían llamarse neoporfiristas.Lo ciertos es que la oposición ha resultado tan torpe que, además de perder de vista los puntos más nocivos de la presente administración, con sus reacciones da señales de haber estado fuertemente coludida con la salvaje corrupción de antaño.jm@pgc-sa.com