Un claro y conciso mapa en blanco con un trazo morado localizando las estaciones del nuevo Mi Macro Periférico recorriendo los municipios de Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque, pero dejando fuera del mapa a Tonalá fueron suficientes para demostrar, nuevamente, cómo la clase política profesional que ha gobernado Jalisco, ha mantenido un reiterado desprecio por la inversión pública y proyectos de infraestructura para la parte oriente de la Zona Metropolitana de Guadalajara. El mapa mostró, a golpe de vista, como el trazo del nuevo proyecto de transporte articulado impulsado en el gobierno anterior y concretado en el actual de Enrique Alfaro Ramírez proyectó y construyó estaciones de Mi Macro Periférico en los puntos de Guadalajara y Zapopan que confluyen en el periférico, algunos de Tlaquepaque pero deja sin estación alguna a las colonias del municipio de Tonalá. El simple trazo, como dije, confirmó a golpe de vista la exclusión de colonias densamente pobladas como Hernández Loza, Jalisco en sus diversas secciones y luego importantes colonias de Tonalá como San Gaspar, Coyula, Rancho de la Cruz, hasta llegar a la misma cabecera de este municipio que es donde conecta el Periférico con avenida Tonaltecas.El trazo del mapa de Mi Macro Periférico, pronto se convirtió en memes, cartones y atizó una encendida discusión en redes sociales sobre la desigualdad en la ciudad. En un hilo en su cuenta de Twitter (@rojo_neon) el sociólogo especializado en temas desigualdad, Máximo Ernesto Jaramillo, escribió: “El Macrobús Periférico en GDL (como el Metrobús en CDMX) muestra cómo el gobierno profundiza desigualdades vía el gasto público en desarrollo social”. Su tuit del 2 de enero, tuvo un impacto de dos mil reproducciones y animó un debate en su hilo donde varios usuarios de colonias excluidas por el nuevo trazo de Mi Macro Periférico, se quejaban de la exclusión.La conversación en redes sociales tuvo tal intensidad que el Gobierno del estado se vio obligado a aclarar el lunes 2 de enero que los usuarios de Tonalá no quedarían excluidos del nuevo proyecto de transporte articulado, pero que serían conectados por rutas complementarias. Justificaron que no se extendió este sistema de transporte por Periférico en las colonias al norte de Guadalajara y Tonalá alegando “condiciones técnicas de la demanda y del espacio urbano”, es decir que no habría demanda suficiente de usuarios y que, literalmente, no había espacio suficiente en el Periférico para construir las estaciones. Pero ambas justificaciones caen por su propio peso: hay al menos unas doce colonias densamente pobladas sin hablar de la propia cabecera municipal de Tonalá que merecían contar con este servicio de transporte, tanto como los habitantes de Guadalajara y Zapopan. Y el Periférico en esa parte llega a tener hasta cuatro carriles por cada sentido, lo que muestra que sí había espacio para erigir las estaciones de usuarios. Para muchos, Tonalá ha sido considerado como el patio trasero de la metrópoli por la clase gobernante, pues antes de ser excluido del trazo de Mi Macro Periférico, se les excluyó de la Línea 2 (1994) de Tren Ligero que llegó solo hasta Tetlán, o de la Línea 3 (2020) que llegó hasta la Nueva Central Camionera, sin extenderse por ese municipio.Este aparente desprecio, o trato desigual en la inversión pública por los habitantes de esta zona de la ciudad recuerda al viejo dicho popular tapatío que sintetizó la división social y económica que parece existir de la Calzada Independencia hacia el Poniente acomodado y el Oriente empobrecido. Por supuesto el dicho “de la Calzada para allá…” no puede ser tomado literalmente, pues en ocasiones hay puntos de privilegio en las zonas de exclusión. Pero ilustra la división y el antagonismo social que existe realmente en la producción de la ciudad, el espacio urbano y sus infraestructuras. El Poniente siempre ha sido privilegiado por la clase política en materia de inversión y hasta estética. Basta ver los camellones con jardinería cuidada que corren en avenida Ávila Camacho en el trazo de la Línea 3 del Tren Ligero por Guadalajara hacia Zapopan y contrastarlo con el camellón de esta misma línea en su trazo por el municipio de Tlaquepaque. Más allá de las razones sociológicas, existe una razón simbólica que parece pesar a la hora de decidir dónde se invierte dinero de todos en el espacio público: los gobernantes y la clase política profesional viven, en su mayoría en el Poniente de la ciudad (o aspira a hacerlo) y deciden mejorar los entornos urbanos que transitan cotidianamente. Por supuesto, el debate es más complejo, pero la exclusión de Tonalá en el trazo de Mi Macro Periférico no viene sino a confirmar que históricamente los gobernantes han tenido un desprecio por el oriente de la ciudad y los pobladores más empobrecidos de la metrópoli. rubenmartinmartin@gmail.com / @rmartinmar