Domingo, 24 de Noviembre 2024

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¿Descalabro o fin de una hegemonía?

Por: Jorge Arturo Orendain

¿Descalabro o fin de una hegemonía?

¿Descalabro o fin de una hegemonía?

La gallarda y contundente victoria de Sainz a bordo del Ferrari SF-24, sumado al 1-2 de los autos escarlatas en el Gran Premio de Australia, marcó el fin de un dominio que Verstappen y Red Bull habían establecido en la máxima categoría.

El rendimiento de los autos de Maranello, producto de una notable reducción en la degradación de los neumáticos a alta velocidad en carrera, obligó a los pilotos del RB20 a buscar una solución que nunca llegó durante todo el fin de semana. Por más que intentaron diferentes cargas aerodinámicas, presiones de neumáticos y balances de frenos, el bajo ritmo de carrera comparado con el de los de Ferrari y McLaren, nunca se corrigió.

Ante esta situación, el equipo optó por centrarse en la velocidad a un giro, que se materializó con la pole de Verstappen y el tercer puesto de Pérez, pero la incógnita sobre el balance en tandas largas quedó manifiesta con las declaraciones de Checo al final de la sesión, no así de Max, que expresó optimismo influenciado por el buen resultado en la calificación.

La carrera reveló las deficiencias de los RB20 de dos maneras distintas:

¿Qué tanto influyó el estilo agresivo de Verstappen para que el freno trasero derecho colapsara, provocando su abandono de la competencia en la segunda vuelta?

¿Qué ocasionó la pérdida de adherencia en el auto de Pérez desde el inicio, sumado a la alta degradación frontal con el compuesto intermedio y trasera, con el compuesto duro, además del daño en el fondo plano de su chasis después de rebasar a Alonso, a pesar de no subirse a los lavaderos?

El equipo no emitió respuesta alguna en las declaraciones posteriores a la carrera porque no las tuvo. El análisis que llevarán a cabo al desmantelar los autos y estudiar el mapeo del comportamiento de los componentes que derivaron en el abandono y bajo rendimiento de los autos 1 y 11 respectivamente, revelarán la causa del descalabro que experimentaron.

Encontrar la causa de ambos problemas será un gran paso, pero no significa que la solución a los mismos los regresará al rendimiento con el que dominaron las primeras dos fechas, mucho menos al estatus de grandes favoritos para el resto de la temporada.

El avance de Ferrari y McLaren tampoco permanecerá estático, seguirá evolucionando como es la costumbre en la Fórmula 1, alimentado por los buenos resultados obtenidos por ambas escuderías en Melbourne.

¿Estamos siendo testigos del final de la hegemonía de Red Bull? Afirmarlo sería drástico, negarlo, absurdo.

Lo que quedo ampliamente manifiesto en el devenir del Gran Premio de Australia, es que esta temporada no será la repetición de la pasada, en la que Red Bull fue invencible. La nivelación de fuerzas entre Red Bull, Ferrari y McLaren, sumado al despertar del letargo en el que se encuentra Mercedes harán de este campeonato uno de las más competidos, como en los años previos a la dominación de Mercedes y Red Bull.

El regreso de Carlos Sainz a lo más alto del podio después de ser sometido a una cirugía por apendicitis dos semanas antes, es el reflejo del carácter de un guerrero herido en el orgullo, sabedor de que será reemplazado injustamente por Hamilton para la próxima temporada.

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