El cuerpo de una joven de 29 años fue encontrado el pasado 2 de noviembre en un canal de aguas negras en la colonia Santa Cruz del Valle en Tlajomulco. Pudo ser cualquiera, pero su vinculación con redes sociales en calidad de influencer colocó bajo los reflectores locales la desaparición y luego hallazgo del cuerpo de Adriana Murrieta. Sin embargo, todos los días se exponen mujeres de todas las edades al transporte de dudosa procedencia.En el caso de Adriana, investigado por la Fiscalía desde la semana pasada, la respuesta está presuntamente en el conductor del vehículo particular que la recibió la noche del 1 de noviembre a su llegada al Aeropuerto de Guadalajara, ya que el cuerpo de la joven fue localizado con signos de estrangulación a sólo 10 kilómetros de distancia de la terminal aérea.Así como ella, muchas mujeres se exponen día a día en las calles, más ahora con las restricciones en el transporte púbico y el nulo servicio en fin de semana. Sin las plataformas abiertas, vehículos particulares que se califican como “uber” que, sin aplicación activa, ofrecen servicio “colectivo” hacia un “destino fijo” están a la orden del día, una alternativa al servicio oficial de taxi. ¿Quién se rehusaría si no hay opciones o el presupuesto no alcanza?Pero, ¿y si el destino cambia en el camino? ¿Y si no hay cámaras para abrir una investigación en caso de que algún o alguna pasajera desaparezca sin tener referencia de abordar un servicio de esta naturaleza? Así de fácil es caer en las redes de un agresor, quien voluntariamente recibe a una víctima en su vehículo particular por un precio accesible para llegar a su destino. No es ciencia ficción, pero el modelo ha llegado a la pantalla más de una vez, como ya lo expuso Phillip Noyce hace dos décadas con el filme “El coleccionista de huesos” (1999). Y este servicio colectivo es una constante en vialidades donde el acceso a un taxi es muy complicado, como Periférico o Carretera a Chapala, de alta afluencia, poca iluminación y de servicio de transporte restringido. Es aquí donde se abre el espacio para evaluar y reflexionar sobre las posibilidades, identificar las banderas rojas, pues una decisión hace la diferencia.Hay empresas que garantizan la movilidad de su equipo considerando las disposiciones recientes; pero no todos pueden gozar de ese beneficio y tienen que encontrar la manera de llegar a sus espacios de trabajo con sus propios recursos y sin un vehículo propio.Sin descartar, que hay quienes sostienen a sus familias como conductores de transporte a través de plataformas oficiales y también han sufrido agresiones que, por asalto o despojo de la unidad, los pasajeros lastiman o privan de la vida a los operadores de los vehículos.No es de extrañar que con las condiciones psicosociales y la creciente violencia, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses haya requerido ampliar su espacio de almacenamiento ya que este año suman casi dos mil los cuerpos encontrados a espera de ser identificados, más del doble de los registrados el año pasado, lamentablemente no todos son identificables, por lo que allá afuera sigue habiendo familias que buscan a sus desaparecidos y en los archivos carpetas abiertas por investigar. puntociego@mail.com