Luego de una semana marcada por la desaparición, entre otras, de cinco personas que tenían en común laborar en casas de cambio, ayer se supo del desenlace positivo que vino con su aparición con vida. Esa noticia, que tarda mucho en llegar o que nunca sucede en miles de casos, devolvió la paz a sus familias que vivieron un infierno en vida y que compartieron en las manifestaciones públicas que hicieron para exigir su localización.De no haber sido así, el drama de las desapariciones en Jalisco se hubiera profundizado. Y es que este delito, considerado el más cruel por el dolor que produce a las familias, no ha hecho más que crecer en la Entidad al pasar de cuatro mil 882 casos en el sexenio anterior que encabezó el finado Jorge Aristóteles Sandoval a nueve mil 707 en lo que va de la administración de Enrique Alfaro.Por eso, todos debemos celebrar que sus raptores hubieran liberado a María Alejandrina “NN” y Gilberto “N”, a quienes habían privado de la libertad hace una semana al salir de su negocio en Plaza Guadalupe. Y también a Ramona “N”, Rosa María “N” y Rocío Berenice “N”, a quienes habían levantado al día siguiente de otro establecimiento similar en Plaza Universidad. A todas las dejaron en una casa abandonada de Tlajomulco, vendadas y con las manos atadas. Fueron rescatadas por policías municipales que escucharon sus gritos de auxilio.Lo que habrá que decir es que esta vez pudo haber sido factor para su liberación la investigación que realizaba la Fiscalía y que acertadamente apuntaba a que los dos casos habían sido cometidos por el mismo grupo criminal, situación que se confirmó al encontrar a las víctimas en el mismo sitio.Pero, insisto, para empezar a frenar el drama de las desapariciones en Jalisco, es indispensable empezar a detener a los raptores, para que dejen de pensar que las calles de la ciudad les pertenecen y que pueden cometer sus plagios con toda facilidad y sin miedo a que nadie los capture. Sin duda, para ello es indispensable identificar y castigar a los malos policías y autoridades que les dan protección.Sólo así dejaremos de descubrir una semana sí y otra también fosas clandestinas, como la que acaba de encontrar el domingo en la colonia Paraísos El Colli el Colectivo Corazones Unidos en Busca de Nuestros Tesoros, y en la que se han encontrado decenas de bolsas con restos humanos.También dejaríamos de encontrar hornos crematorios clandestinos, como el más reciente que hallaron ayer los integrantes del Colectivo “Guerreros Buscadores de Jalisco”, en el poblado de Santa Cruz del Valle.Sin detenciones, nunca acabará el reino de impunidad que es el mayor incentivo para que los que cometen las desapariciones sigan causando tanto sufrimiento a miles de familias jaliscienses.jbarrera4r@gmail.com